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Once años tardó Colombia para recuperar un museo

domingo, 29 de junio de 2014
Foto: Colprensa
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Colprensa

Pero, ¿cómo es posible que España tuviera en su poder tal cantidad de obras artísticas precolombinas? La respuesta no tiene que ver con deudas postcoloniales ni intercambio cultural entre ambos países. La respuesta pasa por una operación policial de grandes magnitudes.

Para entender esta historia, que parece sacada de un cuento de piratas modernos, hay que devolverse al año 2000, cuando la Policía española comienza la Operación Florencia con una investigación sobre tráfico de drogas en el que estaban involucrados varios ciudadanos colombianos.

En 2003, la sección de blanqueo de capitales de la Brigada de Investigación de Delitos Económicos y Financieros localiza en un apartamento de Madrid a un matrimonio colombiano que hacía parte del grupo de delincuentes y, al registrar su domicilio, la Policía se encontró con casi 1.000 piezas arqueológicas.

La sorpresa fue mayúscula por la cantidad y el peso de las obras que presuntamente habrían salido de forma ilegal de Colombia. "En el operativo se encontraron facturas que detallaban la compra de una gran cantidad de objetos con pagos hechos en efectivo y en dólares", explica el director general de la Policía de España, Ignacio Cosidó Gutiérrez. En ese momento entra en acción la Brigada de Patrimonio Histórico, encargada de inventariar y proteger las piezas.

"Estábamos frente a un museo completo, eran ejemplares que abarcaban un abanico muy amplio de culturas y de épocas: obras de los años 1000 y 1400 (A.C.) así como también de los siglos XVI y XVIII. Tierradentro, Tumaco, Tayrona, Quimbayas, Calimas… esto era un verdadero pellizco a la identidad cultural de Colombia", indica Antonio Tenorio, jefe de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía.

De la Policía al Museo

El "tesoro" es depositado en el Museo de América de Madrid para que sea analizado y clasificado. Su directora, Concepción García Sáiz, recuerda que esta entidad está acostumbrada a recibir depósitos judiciales de la Brigada de Patrimonio Histórico, "pero nunca se había producido una entrega tan grande. Había una gran variedad de culturas representadas en estas obras y algunas tenían un extraordinario tamaño. Era realmente impresionante".

Al tratarse de un encargo de la Policía, ninguna de estas piezas fue exhibida al público. Se resguardaron para su investigación y clasificación, y se pudo determinar que del paquete de 885 obras incautadas, 42 eran falsas y 691 correspondían a pueblos precolombinos colombianos y estaban en excelentes condiciones. Las 152 restantes probablemente son de origen peruano, pero este es un dato que aún no se confirma.

Lo que sí parece quedar claro es que los narcotraficantes blanqueaban dinero con la compra de estos objetos en el mercado negro. "Las piezas salieron sin autorización de Colombia, pues la pareja investigada hizo una mudanza a España y ahí las introdujo", indica Antonio Tenorio.

"La globalización ha traído muchos males. Se habla de males públicos globales como las organizaciones que se dedican a convertir las fronteras en herramientas de la criminalidad", dijo el embajador de Colombia ante España, Fernando Carrillo Flórez, durante el acto oficial de entrega de las piezas el pasado 24 de junio, en el Museo de América de Madrid.

Pero, ¿por qué tuvieron que pasar once años para que el arte precolombino colombiano volviera a su legítima casa? Por los tiempos judiciales, coinciden las fuentes consultadas.

De vuelta a casa

En septiembre de 2011, la sección segunda de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional de España, dictó una sentencia en la que ordenaba la restitución de las obras encontradas a su propietario, es decir, al hombre que las introdujo ilegalmente en el país y que estaba terminando su condena por blanqueo de capitales y tráfico de drogas.

"En ese momento nos pusimos todos alerta e iniciamos un proceso para pedirle al gobierno colombiano que hiciera la reclamación de ese patrimonio que le pertenece al Estado colombiano y no a un particular", cuenta la directora del Museo de América.

El Ministerio de Educación de España se puso en contacto con el Ministerio de Cultura y con la Fiscalía General de Colombia para indicar el procedimiento a seguir. Mediante comisión rogatoria internacional y presentando todas las pruebas de que aquellas piezas habían salido sin autorización, el gobierno colombiano podía pedir su restitución mediante un proceso judicial.

Y así fue. El proceso administrativo concluyó el 10 de junio de 2014 cuando el Juzgado Central de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional ordenó la entrega efectiva "a las autoridades colombianas de su patrimonio arqueológico, de acuerdo con el informe previo emitido por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) en el que se acreditaba la pertenencia de 691 piezas al Patrimonio Cultural Colombiano y su exportación ilegal".

Durante el acto oficial de restitución al Estado colombiano, en el que participaron el director de la Policía Nacional del país ibérico y el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, del Ministerio de Educación de España, el embajador colombiano, Fernando Carrillo, hizo hincapié en la gratitud "y el reconocimiento a todos los que estuvieron involucrados en esta operación". Se trata de 60 funcionarios policiales en las distintas fases de la Operación Florencia, más el personal del Museo de América dedicado a la protección y custodia de las obras.

Y aunque esta historia tuvo un final feliz, en este momento circulan por el mundo cientos de miles de bienes de interés cultural e histórico que son vendidos como parte del blanqueo de capitales en un entramado de tráfico de drogas y armas.

"Existen canales muy interesados y fuertes en el movimiento de este tipo de obras, pero cada vez la sensibilidad por el tema es mayor. Cada vez más gobiernos forman a los responsables de sus fronteras para que reconozcan el delito, y sensibilizan a la población sobre la importancia de los objetos como patrimonio de la nación y de la humanidad", indica Concepción García Sáiz, desde el Museo de América.

La gran duda que queda de todo este rompecabezas es si el gobierno colombiano está poniendo todos los medios posibles para proteger su riqueza precolombina o si en este instante, miles de piezas originales estarán saliendo libremente por alguna rendija fronteriza.

Antecedentes 

El guardián del "tesoro" colombiano ha sido el Museo de América de Madrid, fundado en 1941. Alberga 25.000 piezas precolombinas, coloniales y etnográficas. Las más antiguas provienen de las primeras excavaciones arqueológicas realizadas por españoles en América.

El Museo promueve intercambios con similares en Suramérica.

Estas piezas arqueológicas incautadas al narcotráfico permanecieron 11 años bajo la custodia del Museo de América de Madrid, que las clasificó. El tesoro será retornado al país.

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