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Heather Knight de London Spirit golpea durante la final de The Hundred en Lord's Cricket Ground en Londres
Los organizadores de la liga esperan revivir la suerte de un deporte cuya popularidad ha menguado y reinventarlo para la era de las redes sociales
A fines del año pasado, Nikesh Arora, el multimillonario director ejecutivo de la empresa de ciberseguridad Palo Alto Networks, estaba en su casa de California con su amigo, el vicepresidente del conglomerado tecnológico indio Times Internet, Satyan Gajwani, cuando ambos comenzaron a hablar sobre cricket.
Gajwani es cofundador de la Major League Cricket, una liga estadounidense que se lanzará en 2023. Arora tiene una participación en uno de sus equipos. Estaban discutiendo formas de hacer crecer el negocio cuando Gajwani mencionó otro torneo emergente, que acababa de comenzar a buscar capital al otro lado del Atlántico. Llamaron a algunos amigos más: Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, Sundar Pichai, director de Alphabet Inc., la empresa matriz de Google, y Shantanu Narayen, que dirige Adobe Inc.
Menos de tres meses después, los cinco gigantes del mundo de la tecnología forman parte de un consorcio que ha desembolsado 147 millones de libras (US$182 millones) por una participación del 49% de London Spirit, una franquicia de cuatro años de antigüedad de The Hundred, una liga de empresas emergentes de Inglaterra y Gales.
Los organizadores de la liga esperan revivir la suerte de un deporte cuya popularidad ha menguado y reinventarlo para la era de las redes sociales. The Hundred ha recaudado colectivamente más de 520 millones de libras (US$654 millones) de inversores que esperan emular el éxito de la Indian Premier League (IPL), una marca global valorada en US$30.000 millones .
“El valor de las franquicias deportivas bien gestionadas ha aumentado, ya sea la NBA, la NFL o la Fórmula Uno. Ahora hay una liga femenina de la NBA que también ha tenido buenos resultados”, dijo Arora en una entrevista. “Si se puede organizar bien y establecer los marcos adecuados y hacer que sea atractivo y agradable para los aficionados, existe una oportunidad económica”.
El críquet inglés se considera a veces un deporte aburrido que se aferra a la tradición. Hasta 1999, la reina Isabel II era la única mujer a la que se le permitía entrar en el pabellón del campo de críquet de Lord's durante los partidos. Incluso ahora, los hombres deben llevar corbata para poder entrar.
La competición nacional tradicional, que se juega entre equipos de condados con partidos que pueden durar cuatro días y acabar en empate, ha estado en declive durante años. La mayoría de los partidos ya no se retransmiten en directo por televisión, sino que los condados los transmiten en línea de forma gratuita, aunque los partidos internacionales, que pueden durar hasta cinco días, siguen atrayendo a un gran número de espectadores y a precios elevados de entradas.
Para mantener vivo el deporte, el England and Wales Cricket Board (ECB), su organismo rector, ha experimentado con versiones más cortas, la más exitosa de las cuales ha sido el T20, donde cada equipo se enfrenta a 20 overs, es decir, 120 lanzamientos de la pelota. El formato incentiva un juego más agresivo y suele terminar en menos de cuatro horas. Si a eso le sumamos una “venta de entretenimiento más glamurosa”, tenemos un deporte con más probabilidades de atraer a un grupo demográfico más joven, dice Dan Plumley, profesor de finanzas deportivas en la Universidad Sheffield Hallam.
La IPL, que se lanzó en 2008, ha perfeccionado el formato con gran eficacia, aumentando el espectáculo con porristas, llamas y música a todo volumen. La liga se ha convertido en un gigante del deporte, atrayendo a sus mejores jugadores y miles de millones en publicidad y derechos de televisión y streaming.
La ECB lanzó su propia liga T20, The Blast, en 2003, pero no logró ganar impulso. En 2021, la ECB lo intentó de nuevo con The Hundred, un formato aún más corto. Cada equipo se enfrenta a 100 pelotas por partido. Los equipos femeninos y masculinos juegan el mismo día, los locutores explican los conceptos básicos del juego a los recién llegados en términos sencillos y hay música en vivo entre los partidos.
Los primeros indicios eran sólidos: el ECB firmó acuerdos de transmisión con Sky Sports y la BBC, así como un acuerdo de patrocinio multimillonario con el productor de alimentos KP Snacks.
The Hundred pronto comenzó a atraer la atención de los inversores de capital privado, pero la necesidad del ECB de conservar los derechos de gobernanza sobre la liga impidió que se llegara a un acuerdo, según Vikram Banerjee, director de operaciones comerciales de la organización. Los rivales también tomaron nota. El año pasado, el fundador de la IPL, Lalit Modi, ofreció al ECB 1.000 millones para organizar una competición alternativa a The Hundred, básicamente pidiendo a la junta que renunciara a su proyecto.
La propuesta de Modi, que el BCE rechazó, impulsó a la organización a contratar al banco de inversiones Raine Group y a consultores de Deloitte para que buscaran formas de sacar provecho del formato. Su solución fue entregar a cada una de las ocho sedes que albergan a los equipos una participación del 51% en su franquicia local y poner a la venta el 49% restante.
El material promocional del ECB hablaba de una “oportunidad única de invertir en la cuna del críquet”. La realidad es quizás más prosaica. Los nombres y los uniformes de los equipos, inventados para la nueva liga, se pueden cambiar, y los inversores no comprarían un club del condado (la mayoría de los cuales todavía son propiedad de sus miembros), sino simplemente un equipo que utiliza el terreno durante unas pocas semanas al año.
Pero cuando se abrió la primera ronda de pujas en septiembre, más de 100 inversores, incluidas empresas de capital privado, grupos de inversión deportiva estadounidenses y propietarios de franquicias de la IPL, expresaron su interés en comprar una participación, según el BCE. El número se redujo a 35 inversores potenciales, de los cuales las sedes anfitrionas eligieron una lista corta. Los pretendientes restantes luego pujaron por una o más franquicias en subastas en vivo, con ofertas que aumentaban cada 15 minutos en incrementos de al menos £3 millones.
La primera franquicia en venderse, el 30 de enero, fue Oval Invincibles, uno de los dos clubes londinenses en oferta. La multimillonaria familia india Ambani, propietaria también del equipo de la IPL Mumbai Indians, compró una participación del 49%, valorándola en poco más de 120 millones de libras (US$151 millones). Más tarde ese mismo día, Knighthead Capital, un fondo respaldado por la leyenda de la NFL Tom Brady, compró una participación en Birmingham Phoenix por una valoración de 80 millones de libras (US$100 millones).
Pero fue la subasta de London Spirit al día siguiente la que realmente puso el broche de oro al proceso. La franquicia juega sus partidos de local en Lord's, a menudo llamado el "hogar del cricket". Las pujas se prolongaron durante horas, enfrentando al grupo de Arora contra rivales que incluían a Todd Boehly, copropietario del club de fútbol Chelsea FC, el equipo de baloncesto LA Lakers y la franquicia de béisbol LA Dodgers.
El consorcio de Arora ya incluía a Johann Rupert, el multimillonario accionista mayoritario de Richemont, propietario de Cartier, así como a Jim Goetz, socio de Sequoia, y a Egon Durban de Silver Lake Capital, patrocinador de la UFC, el club de fútbol Manchester City y el equipo de rugby de Nueva Zelanda. Se mantuvieron firmes a pesar de que el precio subió muy por encima de sus primeras estimaciones. Fue “difícil para todos nosotros colectivamente dejarlo ir”, dijo Arora.
El precio final de su participación valoró a London Spirit en 295 millones de libras (US$371 millones). Durante las dos semanas siguientes, varios propietarios de la IPL, incluido el conglomerado RPSG de Sanjiv Goenka, la multinacional industrial Sun Group y la empresa de infraestructuras GMR Group, adquirieron participaciones. Boehly, a través del vehículo Cain International que creó con el empresario británico Jonathan Goldstein, pagó poco menos de 40 millones de libras (US$50 millones) por una participación en Trent Rockets de Nottingham.
Las subastas pusieron una valoración combinada de 975 millones de libras (US$1.227 millones) en las franquicias, aunque los ganadores están ahora en conversaciones exclusivas con sus socios potenciales, lo que significa que aún no es un trato cerrado. Los postores aún podrían intentar bajar el precio, o los acuerdos podrían fracasar.
El ECB planea invertir los ingresos en el juego del condado y en el cricket de base. Algunos observadores se muestran escépticos respecto de que la inyección de capital sea suficiente para revertir el declive. “No hay garantía de que simplemente traer inversiones vaya a resolver todos los males”, dijo Trevor Watkins, director de deportes del bufete de abogados Pinsent Mason. “De hecho, puede que sólo actúe como un parche para los problemas que ya existen”.
En cuanto a The Hundred, el ECB dijo que espera que los ingresos del torneo alcancen los 145 millones de libras (US$182 millones) en 2030, tres veces su nivel actual. Se prevé que más de la mitad de esa cifra provenga de los derechos de televisión nacionales.
Las perspectivas a largo plazo de la liga pueden depender de si puede crear una audiencia más allá de Inglaterra y Gales. La forma más rápida de lograrlo sería atraer a los mejores jugadores del deporte, la mayoría de los cuales juegan en la IPL. Banerjee, de la ECB, dijo que la liga no depende de traer talento indio. La organización ha organizado el calendario de The Hundred para que no se superponga con la IPL, pero aún tendrá que convencer al organismo rector del cricket indio para que libere a sus jugadores masculinos, que actualmente tienen prohibido jugar en el extranjero.
“Sabemos que parte de esto tiene que ver con la apertura del mercado de la radiodifusión en el extranjero y la India es una parte importante de eso”, dijo Plumley. “Es absolutamente válido que el BCE diga que pueden hacerlo bien sin ellos, pero también la otra cara del argumento es que probablemente sea mejor con ellos”.
Arora dijo que pasarán entre cinco y diez años antes de que esté claro si él y su consorcio obtuvieron un buen trato con London Spirit.
“Si esto tiene éxito y podemos lograr que rivalice con el éxito de la IPL y construir algo asombroso para la afición inglesa al cricket y quizás para una afición mundial al cricket, entonces habremos pagado un muy buen precio”, dijo. “Si no tiene éxito colectivamente, entonces posiblemente hayamos pagado más de lo que deberíamos haber pagado”.
Pero, dijo, él y sus colegas han aportado más que solo dinero al juego. “Sundar tiene una de las mayores propiedades de transmisión como parte de YouTube; Shantanu dirige una de las plataformas de tecnología creativa más grandes del mundo en Adobe; Egon posee franquicias deportivas por valor de 80 mil millones. Tenemos tantas capacidades diferentes que se pueden aprovechar”.
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