.
INFRAESTRUCTURA

Seguridad y valorización aumentan la infraestructura subterránea

jueves, 11 de agosto de 2016
Foto: Colprensa
La República Más
  • Agregue a sus temas de interés

David "Chato" Romero

Antes de los Juegos Olímpicos, esa plaza tenía la construcción de una autopista elevada que fue reemplazada por el túnel Marcello Alencar, construido por la concesionaria Porto Novo, tras una decisión del Gobierno brasileño.

Según el presidente de ITA, Tarcisio Celestino, las ciudades deben dejar atrás el paradigma de la construcción de la década de los 70 en materia de vías o sistemas de transporte elevados  “porque el impacto sobre la calidad de vida, la seguridad, la contaminación auditiva y visual, han demostrado que son mayores si se compara con construcciones bajo el suelo”. 

En su diálogo con LR, Celestino señaló que al igual que hoy en día se ven ejemplos de reutilización de espacios elevados (como la línea de metro de Nueva York) también se están diseñando proyectos de gran impacto ambiental en estaciones de metro subterráneo. El ejemplo viene de la misma ciudad estadounidense, con el proyecto Lowline. 

En una estación abandonada, un colectivo lidera la construcción de espejos solares que permitan darle vida al parque de 4.000 metros cuadrados más grande en el subsuelo. Su apertura está prevista para 2020 luego de una inversión de US$60 millones y la siembra de más de 3.000 especies vegetales.

Pero los proyectos para vivir bajo la tierra no necesariamente son lotes nuevos o abandonados. En México, desde 2011 se viene promoviendo la construcción del primer rascacielos invertido en uno de los símbolos de ese país. Se trata de Earthscraper, una construcción que tendrá 300 metros de profundidad, dotado de 10 pisos para destinación de vivienda y 35 para comercio y hoteles. 

Lo más llamativo de la propuesta es que el Zócalo (Plaza de la Constitución) de Ciudad de México ha sido el lugar escogido para proponer su construcción.  Esta iniciativa, sin embargo, ha tenido detractores que la califican de utopía por no tener en cuenta las condiciones del suelo de la capital mexicana. La firma que realizó el estudio y dio vida al proyecto fue Bnkra Arquitectura. 

“Puede que en principio la construcción de infraestructura bajo el suelo pueda parecer costosa pero es una inversión de largo plazo que permitirá mitigar de una mejor manera las condiciones cambiantes del clima, que se presentan a nivel global”, agregó el presidente de la ITA. 

Uno de los puntos que más destaca Tarcisio Celestino es la valorización de los predios vecinos a los proyectos de infraestructura bajo el suelo. En el caso de las líneas de metro subterráneo, la valorización que se ha registrado en proyectos como la Línea Amarela de Sao Paulo (Brasil) está entre 15% y 52% en los cuatro tramos analizados por el ITA. 

“Si las personas viajan sin el ruido que acompaña las líneas elevadas o la contaminación visual que genera la puesta en marcha de los pilotes que sostendrán la estructura, la valorización de la zonas por las que pase es notoria y lleva a que los ayuntamientos (alcaldías) puedan mejorar sus ingresos de impuestos”, anotó. 

También se encuentra el factor seguridad a lo largo de la explicación de Celestino al señalar que, la sismoresistencia de los túneles ha demostrado ser mejor que la de construcciones elevadas. “Mire lo que ocurrió con el terremoto de Loma Prieta (ubicado en California, Estados Unidos) en 1989 en el que puentes como el Bray Bridge tuvieron colapsos en algunos tramos mientras que los túneles de la bahía de la ciudad operaron normalmente 24 horas después. Se conoció incluso que los pasajeros del tren que se movilizaba en el momento del sismo no lo percibieron”, indicó.

Al preguntarle por el proyecto de metro de Bogotá, en el que la Alcaldía Mayor decidió cambiar el diseño de subterráneo a elevado, el presidente de la ITA señaló que “por más estética o delgada que se quiera presentar una línea de metro elevado, la realidad es que la obstrucción de visibilidad genera una percepción de inseguridad”. 

Sin embargo, Colombia también le está apostando a la infraestructura bajo suelo al incorporar en las concesiones viales de cuarta generación 89 kilómetros de túneles, distancia que en línea recta uniría a Bogotá con Girardot. 

La opinión 

Tarcisio Celestino
Presidente de ITA
“Las construcciones bajo el nivel del suelo son más amables con el ambiente y generan más valorización para los ayuntamientos”.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA