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Una noticia interesante fue el pasado anuncio hecho por Southern Cross, fondo inversionista de Chile, que adquirió más del 50% de las acciones de la Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla.
De inmediato comenzamos a recordar todas las experiencias que hemos logrado superar con este Puerto, y deducimos que por algunas razones estos inversionistas decidieron apostarle al desarrollo de la ciudad y en especial a la búsqueda de mejorar sus rentabilidades.
La atracción de inversión extranjera debió tener su fundamento en haber cumplido, en parte, la tarea de la seguridad nacional y avanzar con los procesos de apertura internacional de la economía Colombiana a través de los acuerdos, en especial el TLC con EE.UU.
Se podría mencionar que ese direccionamiento es fácil presa de nuevos inversionistas extranjeros a quienes les interesa, como a cualquier economista, disminuir el riesgo y aumentar la rentabilidad.
También es necesario hacer un análisis sobre las pretensiones de los locales. Es entendible que nuestras infraestructuras necesitan con urgencia el conocimiento para superar los retos y que los locales necesitamos una mano, en especial, cuando la tecnología ha sido frágil, acompañado del conocimiento del mercadeo o formulas de negociar internacionalmente.
Por lo cual concluimos que requerimos más apoyo y allí comprendemos la posibilidad que logramos cuando entregamos a manos expertas la decisión de ayudarnos a crecer con nuevas formas de comercializar.
En eso si que han sido expertos los chilenos, nos llevan ventaja al aperturarse en su economía con anticipación, recordemos que tienen a su haber más de 45 acuerdos Internacionales y ofrecer sus bienes y servicios a más de 3 mil millones de habitantes, un poco menos de la mitad del total del universo humano, eso es dar la razón a que las posibilidades se aperturan si vamos de la mano con otros que han recorrido el camino, y que mejor que esas alianzas estratégicas, con expertos. Esta nueva página del Puerto en Barranquilla comenzará a gestarse con tristeza al recordar el tiempo perdido por la voluntad de sus gestores, para aprovechar la oportunidad de convertirlo en líder de la Región, muy a pesar que también podemos considerar que el momento oportuno es el actual.
Esperamos haya terminado el tiempo donde la falta de liderazgo, o su exceso, nos colocó en la tarea interminable de culpar al Gobierno Nacional por no proporcionar los recursos económicos para la búsqueda implacable del canal de acceso. Tal vez, ahora con mejores tiempos por venir se aprovechen las ventajas naturales del acceso al mercado consumista más importante, por mencionar uno de los acuerdos, desde el puerto de Barranquilla, fortaleciendo el valor agregado en logística y reconozcamos que el puerto es parte integrante de un proceso de comercialización internacional y no como no los hicieron entender en la practica, un entorpecimiento en algunas de las actividades del comercio.
Aseguramos también que con esta nueva inversión mejorará la visión empresarial, estudiando las otras alternativas de ampliación del puerto, que actualmente se encuentra sin posibilidades de crecer y enclaustrado en una zona de difícil acceso, tal vez, considerarán ampliarse en otras áreas donde les permita recibir buques de gran calado, como en los puertos chilenos o los existentes en España.
Lecciones de la experiencia en Santa Marta
Es importante recordar a quienes de una u otra manera han logrado mantener y hacer posible este tipo de industrias. Los panameños, actuales inversionistas en el puerto de Santa Marta, nos han enseñado a verles como realizadores de clusters logísticos, en razón a su explotación del canal de Panamá y que hoy muestran con orgullo, después de haberlo heredado de la administración americana.
