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El ciudadano, aquel que paga sus facturas, se pregunta ¿qué beneficios le trae este nuevo marco? Para empezar, la metodología tarifaria anterior, con la cual se cobraban las tarifas, se estableció en 2005. Por mandato legal, la vigencia de las fórmulas tarifarias es de cinco años, vencido este periodo se deben revisar y modificar, si es el caso.
La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) revisó la metodología tarifaria anterior y concluyó que era necesario incorporar nuevas señales en eficiencia para que las empresas presten un mejor servicio, con costos eficientes y en armonía con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y las estrategias planteadas en el documento “Visión Colombia II Centenario: 2019”.
En este sentido, en materia de calidad del agua, la meta es que desde ya ésta sea potable en los centros urbanos mayores a 5.000 suscriptores en el territorio nacional. Y así cumplir con el objetivo de que las empresas de acueducto y alcantarillado presten un servicio que no ponga en riesgo la salud pública y que ayude a mejorar la calidad de vida de los colombianos. Se plantea también que la cobertura de estos servicios debe llegar a 100% en las zonas urbanas. De igual forma, se establece que las empresas deben reducir en 50% las pérdidas de agua en sus sistemas, lo cual implica establecer programas y actividades para atacar el problema de rotura de tuberías y robo de agua (pérdidas técnicas y comerciales). Lo anterior, en consonancia con la imperiosa necesidad de hacer un uso más racional del agua y que el fenómeno del niño, como el que recientemente tuvimos que pasar, no afecte sustancialmente a la población en el futuro.
Para los usuarios es importante saber que a partir de la fecha, habrá lugar a descuentos en las facturas si las empresas incumplen con el estándar de calidad fijado por la CRA. Si el servicio se deja de prestar más de seis días al año, habrá lugar a estos descuentos, así como en el evento en que las quejas resueltas a favor del usuario en segunda instancia (o sea, ante la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios) sean mayores a cuatro por cada 1.000 suscriptores. Los usuarios tendrán un papel preponderante en el control de gestión de las empresas. Este régimen de calidad y descuentos les da herramientas para hacer valer sus derechos.
Sin embargo, no todo es color de rosa. En algunas ciudades puede ser necesario hacer incrementos de las tarifas, los cuales se han calculado entre 3%, en ciudades grandes, hasta 17%, en ciudades intermedias. Estos incrementos en mucho tienen que ver con el nivel de rezago en las coberturas, y en este sentido, son necesarios para llevar el servicio para los que aún no lo tienen, o para mejorar la continuidad y la calidad con la que se presta el servicio. Estos incrementos en ciudades intermedias se ha establecido que se hagan de manera progresiva, durante los dos primeros años de vigencia del marco.
Es importante resaltar que para la expedición de este marco se llevó a cabo un proceso extenso de participación ciudadana en el cual se recibieron observaciones, sugerencias y propuestas que fueron tenidas en cuenta para la expedición de la resolución definitiva.
Por último, quisiera repetir una frase que se ha vuelto cliché, pero que en el fondo refleja la realidad: “El servicio más costoso, es el que no se tiene”. Por tanto, cuando paguemos nuestras facturas, se hace necesario pensar que todavía hay colombianos que no cuentan con servicios de acueducto y alcantarillado y que requieren del esfuerzo de toda la sociedad para que puedan tener el mismo acceso y los mismos beneficios en salud y calidad de vida de los que la mayoría de nosotros gozamos en nuestros hogares.
