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TRANSPORTE.

Bogotá tiene las tarifas de transporte público más altas del país

viernes, 18 de agosto de 2017
La República Más

La razón de los costos de los pasajes es lo que cuestan las operaciones del sistema.

David Jáuregui Sarmiento

Bogotá es la ciudad más poblada del país, con cerca de ocho millones de habitantes, seguida de Medellín con 2,4 millones y Cali con 2,3 millones, aproximadamente. A diario, solo en Transmilenio, en Bogotá, se mueven 2,6 millones de pasajeros y, según los expertos en movilidad, la logística para estos traslados sería la razón para tener el transporte público más costoso del país.

“Es importante entender que el precio de los pasajes es subsidiado: una parte la pone el Distrito con la infraestructura, pero el costo depende del tamaño de la obra, de lo largas que sean las vías, la cantidad de personal y de buses, etc.

El costo de operación en Bogotá es mucho más alto que en el resto de ciudades, y esto explica la diferencia de tarifa al usuario”, explicó José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional.

La diferencia de precios en ciudades como Bogotá, Cali y Medellín hace referencia a la cantidad de población y el tamaño de las ciudades, en ese caso.
Por ejemplo, si en Bogotá el costo del pasaje de Transmilenio es de $2.200 por trayecto, para una persona que tiene que hacer al menos dos trayectos diarios seis veces a la semana, si trabaja de lunes a sábado, la suma que tiene que destinar para transporte es $105.600. mientras que en Cali o Medellín los ciudadanos tienen que invertir $96.000.

De esta manera, en la capital, una persona tiene que gastar $22.460 más directamente de su salario, pues el subsidio de transporte en 2017 está en $83.140. En Medellín y Cali esta diferencia es de $12.800, es decir, en Bogotá los usuarios destinan casi $10.000 pesos más al mes adicionales al subsidio.
“Se trata de una suma que, para personas que ganan un salario mínimo al mes es bastante alta”, afirmó Rojas.

Esta diferencia con otras ciudades se debe al costo de las operaciones y a la columna vertebral que sustenta el sistema integrado de transporte de cada una: mientras en Bogotá el costo de operaciones tiene que ver con el costo del combustible, el desgaste de las llantas, entre otros factores de los repuestos de los 1.434 buses articulados, los 310 biarticulados, los 260 padrones duales, 870 alimentadores y 6.678 buses azules, sin contar la frecuencia de los mantenimientos por la malla vial altamente deteriorada de la capital, en Medellín la columna vertebral del sistema se sustenta en el Metro.

“En el caso de Medellín es importante señalar que se trata de los pocos metros del mundo que son operativamente autosostenibles. Buena parte de su operación, de su manejo de conservación y demás, que podrían incidir en la tarifa el metro, es autosostenible. Lo lograron dejando de contratar ítems o acciones como amoldamiento de los rieles, por ejemplo. Ellos tienen su propia máquina para ese fin y los costos bajaron; ellos mismos hacen sus estudios de operación, que son costosos, y ellos mismos hicieron los pliegos de la solicitud de material rodante”, afirmó Fernando Rey, docente de cátedra de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Santo Tomás.

Además, el sistema de Medellín es un sistema férreo cuya resistencia entre la rueda y el riel es menor que la rueda de un bus BRT de Transmilenio sobre pavimento. “La desventaja es que no se salen de su camino, pero precisamente para eso tienen una integración con los demás modos de transporte, como por ejemplo metrocables, que son parte de la empresa metro de Medellín”, agregó Rey.

Lo que le espera a Bogotá
Para los expertos a pesar del alto costo que implica en el salario mínimo de los bogotanos, 14,31% del básico, el precio no va a bajar. Primero, porque se han cubierto problemas económicos estructurales con el bolsillo de los usuarios, y segundo porque la preocupación, más que disminuir el precio, es que la calidad del servicio aumente y corresponda a lo que cobra el sistema.

“La solución ha sido hasta ahora con medidas paliativas, subiendo el costo de las tarifas, pero hasta que no se haga una revisión del modelo económico, el sistema integral de la capital no va funcionar”, aseguró Marco Montaño, especialista en movilidad.

La discusión a nivel internacional es cuál debe ser el eje estructurante en la movilidad. La respuesta es priorizar el sistema de transporte y fortalecerlo. “Bogotá debe superar la discusión sobre hacer o no un metro elevado o subterráneo, y mejor focalizarse en el fortalecimiento tanto de su infraestructura actual como del comportamiento de los ciudadanos y la seguridad. En Medellín no tienen estas dificultades y en Bogotá, las discusiones técnicas están sesgadas por las posiciones políticas”, dijo Rojas.


La infraestructura más compleja la afronta la capital
Mientras en Medellín el metro tiene dos líneas que suman 31,1 kilómetros de extensión, las troncales de Transmilenio recorren 112,9 kilómetros, en los que cuentan con 138 estaciones para cubrir la extensión de las troncales. El metro de Medellín, en cambio, tiene solamente 28 estaciones, y en los 49 kilómetros de las troncales del sistema de transporte de Cali, cuentan con tan solo 55 estaciones. De ahí que los costos operativos en la capital sean los más altos del país y, a su vez, tenga las tarifas más elevadas para sus usuarios.

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