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La preocupación de Francia con el acuerdo es proteger a los agricultores locales
El acuerdo comercial básico podría acelerarse con la aprobación por mayoría simple de los parlamentarios de la UE y una mayoría cualificada de gobiernos de la UE
La Unión Europea y el Mercosur podrían anunciar esta semana que han finalizado un acuerdo de libre comercio que llevó más de dos décadas negociar. Sin embargo, antes de su implementación, el acuerdo aún enfrenta una prueba clave en Europa, donde ha encontrado una fuerte resistencia de Francia y otros miembros de la UE.
La UE podría dividir el acuerdo para acelerar la ratificación. El acuerdo comercial básico podría acelerarse con la aprobación por mayoría simple de los parlamentarios de la UE y una mayoría cualificada de gobiernos de la UE, es decir, 15 países que representen al menos el 65% de la población de la UE.
Para bloquear ese proceso, al menos cuatro miembros de la UE que representen más del 35% de la población del bloque tendrían que oponerse. Francia buscará generar resistencia y podría encontrar el apoyo de Austria, Polonia y Países Bajos.En conjunto, estos países representan alrededor del 30% de la población de la UE, por lo que necesitarían encontrar más opositores para bloquear el acuerdo.
Alemania, España y otros nueve miembros de la UE, que suman alrededor del 40% de la población, han instado a los negociadores a llegar a un acuerdo este año. La implementación de un acuerdo político más amplio entre los bloques comerciales, incluidas nuevas normas sobre inversiones transfronterizas, probablemente requeriría la aprobación de los parlamentos nacionales de los 27 países miembros de la UE, un proceso mucho más largo.
Los cuatro miembros fundadores del Mercosur -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay- han manifestado su apoyo al acuerdo, que cada uno puede implementar una vez que lo aprueben sus respectivos parlamentos nacionales.
Los líderes han promocionado el acuerdo como la mayor asociación comercial y de inversión del mundo, que reúne a un mercado de más de 700 millones de personas.Los economistas estiman que el acuerdo podría eliminar 4.000 millones de euros (US$4.800 millones) de aranceles anuales, que se irían eliminando gradualmente durante de varios años.
El acuerdo ayuda a Europa a exportar más automóviles y productos manufacturados, al tiempo que garantiza el acceso a minerales cruciales para su transición energética. También reduce las barreras comerciales para la carne y los granos sudamericanos, lo que ha puesto en pie de guerra a los agricultores europeos.
Los negociadores acordaron una versión del acuerdo comercial en 2019, que las naciones europeas se negaron a ratificar, citando preocupaciones ambientales después de la elección del expresidente brasileño Jair Bolsonaro.
La UE pidió garantías sobre la política medioambiental en una adenda, que los países del Mercosur tomaron como un nuevo proteccionismo que exigía más concesiones en nuevas rondas de negociaciones.
Las recientes conversaciones en Brasilia y Montevideo parecen haber cerrado la brecha en materia de protección ambiental, compras gubernamentales y otros temas polémicos, allanando el camino para la firma de un nuevo acuerdo.
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