Los escándalos de la carrera presidencial a la Casa Blanca

 Tras las respectivas convenciones de Cleveland y Filadelfia, que dejaron como candidatos oficiales al magnate republicano Donald Trump y a la exsecretaria de Estado, la demócrata Hillary Clinton, la campaña entra en su recta final con tres debates decisivos por delante que tendrán que convencer a los más indecisos.

 En las últimas semanas, las especulaciones tanto de un lado como del otro no han parado de ocupar las primeras planas. Si bien el multimillonario y neófito político Trump es reconocido por haber cimentado su discurso en declaraciones antiinmigrantes, antilatinas o antimusulmanas, los últimos días él y su círculo familiar han estado en el punto de mira. 

 Y es que en la noche de su coronación, su mujer Melania Trump fue acusada de plagiar el discurso de Michelle Obama, más tarde el multimillonario respondió sin ningún tipo de delicadeza a los padres de un soldado musulmán estadounidense que murió en 2004 y, para cerrar la tanda de escándalos, el medio The New York Post publicó en portada las imágenes que muestran a su esposa sin ropa. 

“A veces se usan estrategias que saben que van a funcionar con el objetivo de que se nombre al candidato en la prensa, no importa si bien o mal, pero esto hace que los electores tengan presente el nombre del candidato. Esa recordación es importante en el momento de votar”, advirtió Julio César Botero, coordinador del programa de Negocios Internacionales de la Universidad de La Salle.

 Pero en los últimos días la más perjudicada ha sido la ex primera dama quien se ha visto envuelta es un escándalo tras las revelaciones del sitio Wikileaks que filtró la semana pasada unos 20.000 emails de jefes del Comité Nacional Demócrata que revelaban un presunto favoritismo hacia Clinton durante las primarias.

Además, según estas filtraciones durante su gestión como secretaria de Estado, se encargó de promover la subversión contra el Gobierno venezolano, en aquel entonces comandado por el fallecido Hugo Chávez.

Más tarde, el mismo Julián Assange, fundador de Wikileaks, anunció que revelará más contenido prometedor e, incluso, advirtió que algunos correos electrónicos de Clinton apuntan que fue ella misma la persona que ordenó armar a los yihadistas en Siria.

Así, mientras la candidata demócrata acusó a Rusia de este ciberataque, su rival Trump alimentó la polémica al sugerir que los rusos deberían recuperar también los emails que la ex primera dama envió desde su servidor privado cuando se desempeñaba como secretaria de Estado. 

Este es otro de los escándalos que han ensombrecido la dilatada trayectoria política de Clinton, quien se ha enfrentado a varias polémicas como el caso Travelgate en 1993, donde se le acusó de despedir a siete empleados de la agencia de viaje de la Casa Blanca que fueron reemplazados por amigos de la pareja; el caso Lewinsky cuando salió a la luz el romance extra marital de su esposo Bill Clinton con una becaria de 22 años; o la acusación de que supo con antelación el ataque al consulado estadounidense de Bengasi (Siria) cuando era secretaria de Estado en 2011. 

“En los últimos años, los ataques personales han sido muy agresivos en las campañas, no se limitan solamente a discutir temas sobre las posiciones de los candidatos sino que suelen ser siempre combinados con ataques personales. Eso se deriva del morbo de la población que disfruta este tipo de ataques”dijo Carlos Arévalo, analista internacional de la Universidad de la Sabana. 

En cuanto a cómo afectan estas polémicas a las votaciones finales, Miguel Benito, profesor de historia de la Universidad Sergio Arboleda, opinó que “esta impopularidad se puede manifestar en la no asistencia a las urnas por no apoyar a ninguno de los candidatos”. 

“Se puede beneficiar a Trump para castigar a Hillary o viceversa ya que los republicanos que se sienten incómodos con Trump votarían por Clinton”, culminó el experto.

Las opiniones

Miguel Benito
Profesor de Historia de la Universidad Sergio Arboleda
“Los escándalos desencadenan en impopularidad y eso les puede costar en las votaciones”. 

Carlos Arévalo
Docente de la Universidad de la Sabana 
“En Estados Unidos, particularmente en estas elecciones, la gente está cuestionando todo el sistema político, los partidos y sus candidatos”.