Importaciones, informalidad y remesas, entre los factores que delimitan a Haití

Calles y ríos inundados de basura; informalidad guiada por la desistitucionalización y  por pequeñas mafias que buscan sacar el mayor provecho de los vulnerables, así como necesidades básicas insatisfechas como la falta de acceso al agua potable, energía y alcantarillado, son características comunes. 

Esta no es la historia de un país próspero al cual un terremoto acabó con todo lo que tenía, incluyendo su riqueza Esta es la descripción de una nación que en 1804 se liberó de la esclavitud pero que hoy en día no ha podido salir de la pobreza, desigualdad y de su crisis política. Esta última,  el comienzo pero no el fin de su males.  

Diferentes países como Estados Unidos, España o Suiza y entidades como el BID o el Banco Mundial se han comprometido con recursos para la reconstrucción y los han mandado pero ese dinero no llega a los ciudadanos de a pie, a esos que necesitan tanto. Quizás ese fortín sea el pretexto por el cual para las elecciones presidenciales de agosto hayan 52 candidatos.  

El desastre natural que completa cinco años, a parte de dejar más de 200.000 muertos y pérdidas materiales por US$8.000 millones (cifra cercana a su PIB que está en US$8.459 millones),  visualizó la realidad de 80% de la población que vive en el umbral de la pobreza. Aunque cuando se pasa por sus calles da la impresión de que esa cifra se quedó corta. En pleno siglo XXI la gran mayoría de personas aún cocina con carbón que no es de alguna mina, sino que sale a raíz de la deforestación del país.  

Haití aún no se recupera. Cuando sucedió el terremoto, el sector privado cerró sus puertas por cerca de tres meses y se calcula que unas 25 empresas entre pequeñas, medianas y grandes decidieron no abrir nunca más. 

Si su economía pudiera describirse en tres palabras estas serían: importaciones, remesas e informalidad.

 La semana pasada se inauguró el Hotel Marriott en Puerto Príncipe, proyecto de US$45 millones que actualmente genera 200 empleos y durante su construcción generó 1.100 más. Uno de los principales problemas para su operación, según Tim Sheldon, presidente de Marriott para la región, es el abastecimiento. Precisamente porque en Haití no hay industria pues todo se importa.

Anualmente las compras externas que llegan de países como  República Dominicana, Estados Unidos y China, alcanzan los  US$2.975 millones. 

Adicional, según el informe Doing Business, el costo por contenedor a la hora de importar es US$1.555, (por debajo del promedio de América Latina que está en US$1.691) pero  el tiempo de importación tarda 26 días (el doble de Colombia). 

Su moneda oficial (Gourde) ha perdido su valor. Hace cinco años US$1 dólar era equivalente a 35 gourdes y actualmente representa 50 gourdes. Aquí se paga en promedio un salario diario de 300 gourdes, es decir, US$6, en un contexto donde una libra de arroz puede valer 60 gourdes y un pedazo de carne hasta 80 gourdes.

Aunque la inflación llega a 4,7%, los bajos ingresos no permiten vivir bien. Como comenta Jean Cyril Pressoir, presidente de la empresa de turismo Logistik, “alcanza para lo básico pero no para todo lo que  se necesita. Antes del terremoto tampoco es que estuviéramos bien pero al menos hoy hay algo de trabajo”.

Son las 5:30 de la tarde y el avión está a punto de aterrizar en Puerto Príncipe. Desde el aire a parte de ver casas destruidas que no volvieron a levantarse se logra ver publicidades enormes de Digicel. Esta empresa que sería el equivalente de lo que es Claro en Colombia y que en Haití cuenta con cerca de 4 millones de usuarios, está en todas partes, en  las camisetas, en las tiendas, en los carros, en la radio, en la basura, en todo.

Por lo menos la mitad de las 215 personas que me acompañan en el vuelo que arrancó desde Miami son extranjeros que como misioneros van a ayudar, el resto son locales que han podido conseguir una oportunidad mejor en territorio estadounidense. Regresan me comenta Rene Barosi, mi acompañante de vuelo, un  haitiano de 58 años que tiene en sus manos por lo menos 4 pulseras y 2 grandes anillos de oro, solo a visitar a su familia porque en Haití no hay mucho que hacer y  deben marcharse de nuevo. La deshonrosa tasa de desempleo llega a 60%. 

Las remesas son una de las principales movidas de dinero. Este flujo de recursos suma al año cerca de US$2.000 millones (representa 25% del PIB) y en promedio los migrantes envían US$106 a sus familias.

Me habían advertido sobre la seguridad y llego un poco prevenida pero como no veo el conductor que debía estarme esperando me aventuro a coger un taxi y de ante mano me indican que la carrera vale US$30. Los taxis no son ni amarillos, ni negros, ni azules, ni muchos menos tienen taxímetros. Son camionetas. Cualquiera  que logre conseguir una puede trabajar en ello. Aquí me topo por primera vez con la informalidad, otro de los lunares más fuertes que agranda la desigualdad del país. 

Dentro de la economía formal, el sector servicios puntea con una participación de 55%, seguido por la agricultura que en este país es minifundista y no está tecnificada (24%) y la industria que llega a 19%.  

“Hay una falta de organización y liderazgo y muchos se aprovechan de eso para sacar beneficio propio. Hay organizaciones que dicen querer ayudar pero no lo hacen en beneficio de los necesitados sino ellos mismos” comentó el padre Rafael Pisso, quien se encontraba en el país caribeño reclutando jóvenes para el sacerdocio.

De destaca la presencia de las compañías de telefonía Digicel y Natcom, también está Wester Union y bancos nacionales y extranjeros como Capital Bank, CitiBank y  Scotiabank. Desde que entró en funcionamiento, el 1 de abril de 2012, el Parque Industrial  Caracol dedicado al sector textil firmó contratos con cuatro usuarios creando cerca de 3.000 puestos de trabajo.

Aunque Prestige, la cerveza nacional, se embotella en el territorio,  su vidrio, etiqueta, tapa y demás materias primas son traídos del exterior.  También hace presencia PetroCaribe, con un terreno donde llega el crudo directamente de Venezuela. Sin embargo, con la crisis de los bajos precios del petróleo Haití se está viendo afectada porque no cuenta con grandes reservas.

También presencia de GB Group, compañía con negocios en siete divisiones como agricultura, energía e infraestructura. Cemex,  Caribbean American Manufacturing y Carimpex,  son otras de las compañías asentadas en Haití. 

En turismo hay por lo menos 30 infraestructuras y llegan  vuelos de American Airlines y JetBlue. Aunque el sector no despega aún, Haití tiene todo el potencial encabezado por su cultura y hermosas playas caribeñas, para hacer de este un gran dinamizador de su economía.

Posicionarse como destino 
Se calcula que al año entran al país cerca de 255.000 extranjeros (en su mayoría son personas que ingresan para ayudar). Y aunque el Gobierno invierte dinero publicitando el país para atraer foráneos, lo cierto es que aún no existe un proyecto fuerte alrededor de una estructura de ingresos para que los ciudadanos puedan vivir de ello.  Pressoir considera que es momento de que se encaminen las necesidades del país con las de educación superior y asimismo se trabaje en reconfigurar la mentalidad de la población.

Las opiniones

Rafael Pisso
Padre de siervos misioneros de santisima trinidad
“La culpa de la pobreza sela echan al terremoto, pero la pobreza y los corruptos siempre han estado allí”.

Tim Sheldon
Presidente de Marriott para la región
“Haití no tiene aún la infraestructura hotelera de República Dominicana pero tiene cultura y a su gente”.