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Harvard
Las afectaciones más comunes son el aumento de la inflamación, aceleran el envejecimiento, distorsionan las hormonas y reconfiguran el cerebro hacia la fatiga
La universidad de Harvard ha publicado un estudio muy importante sobre salud, y ha encontrado unos resultados los cuales son pioneros en su campo. Harvard afirma que las mayores amenazas para tu cuerpo no son las que temes.
Según el estudio de la institución, el verdadero peligro para el cuerpo humano puede ser resumido en una lista de 15 microhábitos que se hacen todos los días, hábitos tan comunes que pasan desapercibido como algo maligno.
Está demostrado que dichos pequeños comportamientos afectan de gran manera al organismo. Las afectaciones más generales y comunes son el aumento de la inflamación, además de esto aceleran el envejecimiento, distorsionan las hormonas y reconfiguran silenciosamente el cerebro hacia la fatiga, la ansiedad y las enfermedades crónicas.
Esta es la lista de los 15 microhábitos que están deteriorando la vida de las personas:
1. Revisar el celular apenas despiertas
Según especialistas en neurociencia de Harvard, mirar la pantalla nada más levantarte provoca un aumento inmediato del cortisol. Aunque sientas que estás poniéndote al día, tu cerebro interpreta ese estímulo como una señal de alerta y activa un estado de estrés que puede extenderse durante gran parte del día.
2. Permanecer sentado más de seis horas diarias
Estar largos periodos sin moverte no parece grave, pero sí puede ser altamente perjudicial. Investigaciones prolongadas de Harvard muestran que el sedentarismo prolongado eleva el riesgo de muerte en ciertos grupos incluso más que el tabaquismo. El problema es que los efectos no se notan hasta que ya están avanzados.
3. Comer de forma acelerada
El cuerpo no digiere bien cuando está en modo estrés. Ingerir alimentos con prisa puede desencadenar inflamación, molestias digestivas y aumento de peso. Muchas veces no es solo qué comes, sino el ritmo y el estado en que lo haces.
4. Tomar café antes de hidratarte
Estudios sobre hidratación de Harvard advierten que combinar la deshidratación matutina con cafeína potencia la sensación de cansancio, los dolores de cabeza y el desbalance hormonal. Aunque el café parezca darte energía, puede empeorar el bajón inicial del día.
5. Trabajar mientras almuerzas
Investigaciones de comportamiento de Harvard demuestran que no hacer una pausa real al mediodía afecta la claridad mental y acelera la fatiga. Saltarte el descanso hace que te quemes más rápido y que tu rendimiento baje.
6. Restar importancia a los “microestresores”
El desorden visual, los correos acumulados, las notificaciones y las pequeñas interrupciones generan lo que Harvard denomina “cargas de estrés invisibles”. Aunque parezcan insignificantes, se van acumulando y pueden contribuir al agotamiento y al envejecimiento prematuro.
7. Vivir expuesto a ruido constante
El sonido habitual del tráfico, las conversaciones ajenas o el bullicio de las cafeterías puede elevar tus niveles basales de cortisol sin que lo notes. Investigadores de Harvard sostienen que esta exposición afecta la concentración y el bienestar general.
8. No recibir luz natural por la mañana
La luz del sol a primera hora regula tu reloj biológico. Si pasas toda la mañana en interiores, tu sueño, tu apetito, tus hormonas y hasta tu estabilidad emocional pueden desajustarse.
9. Respirar de forma rápida y superficial
Cuando estás bajo presión tiendes a respirar como si estuvieras en alerta permanente. Según estudios de Harvard sobre respiración, este patrón alimenta la ansiedad, nubla la mente y debilita la respuesta inmunitaria.
10. Picar algo “saludable” sin pensarlo
Incluso los refrigerios nutritivos pueden elevar la insulina si se consumen sin atención. En el laboratorio metabólico de Harvard califican este hábito como un “aumento de peso silencioso”: no depende de la calidad del snack, sino de la frecuencia con que lo comes.
11. Usar el teléfono mientras caminas
Aunque parezca inocuo, Harvard ha demostrado que este comportamiento obliga al cerebro a dividir su atención, aumenta la tensión mental y reduce la capacidad de retener información.
12. Retrasar pequeñas tareas difíciles
No siempre es procrastinar en grande, sino aplazar microtareas. Esos pequeños retrasos generan estrés acumulado y una sensación constante de carga mental. Harvard define este fenómeno como “lastre cognitivo progresivo”.
13. Esperar a tener sed para hidratarte
La sed ya es un signo de deshidratación. Estudios de Harvard relacionan este hábito con cansancio, mayor apetito, cefaleas y cambios bruscos en el estado de ánimo.
14. Acumular tensión emocional en el cuerpo
La rigidez en la mandíbula, los hombros elevados, la espalda tensa o una respiración restringida son señales de estrés emocional sostenido. Psicólogos de Harvard indican que esta tensión corporal predice con mayor precisión la ansiedad y la depresión futura que los propios eventos estresantes.
15. Cerrar el día con pantallas y estímulos intensos
Terminar la jornada consumiendo redes sociales o series afecta negativamente el sueño profundo. Investigaciones de los laboratorios de sueño de Harvard muestran que la luz azul y la sobreestimulación nocturna pueden reducir ese descanso reparador hasta en 60%, deteriorando progresivamente la calidad del sueño.
El estudio concluye diciendo que lo peor de este daño es que el cuerpo no tiene forma de avisar que está siendo gravemente afectado, el daño simplemente se va "comiendo el cuerpo". El hallazgo central de Harvard se podría resumir en una simple, pero devastadora frase: "los humanos no se destruyen por los desastres. Se destruyen por las rutinas.". La universidad también menciona que eliminar cualquiera de estos cambios tendrían grandes repercusiones en las vidas de las personas que decidan cambiar la rutina
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