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Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de Argentina.
Fernández, de 72 años, una figura divisiva que ocupó dos veces la presidencia entre 2007 a 2015 y fue vicepresidenta de 2019 a 2023
La Corte Suprema de Argentina confirmó el martes la condena a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación perpetua a ejercer cargos públicos por fraude al Estado, rechazando la queja presentada por la poderosa líder del peronismo opositor ante el tribunal superior.
La decisión impactará el escenario político, ya que Fernández, la figura opositora más fuerte al gobierno del libertario Javier Milei, quedará fuera de las elecciones legislativas de septiembre, en las que buscaba competir por una banca de diputada en la provincia de Buenos Aires.
Por tener 72 años, un tribunal inferior decidirá si le otorga el beneficio del arresto domiciliario.
Fernández, una figura divisiva que ocupó dos veces la presidencia entre 2007 a 2015 y fue vicepresidenta de 2019 a 2023, fue condenada en un caso conocido como "Vialidad", en el que se la acusó de favorecer al empresario Lázaro Báez al otorgarle proyectos de obras públicas en la Patagonia.
Al rechazar el recurso de queja presentado por Fernández, los jueces de la Corte Suprema dejaron firme la condena de un tribunal oral en 2022 y confirmaron el rechazo a la apelación de Fernández dispuesto por la Cámara Federal de Casación Penal que había mantenido el veredicto de culpabilidad.
"Se desestima la queja", dijo el fallo de la Corte Suprema al que tuvo acceso Reuters, en referencia al recurso presentado por Fernández. "La imposición de las penas de prisión e inhabilitación no hace otra cosa que tutelar nuestro sistema republicano y democrático", agregó.
Fernández, quien ha negado los cargos, dijo ser víctima de persecución política, días después de anunciar sus planes para postularse a diputada en un distrito clave por la cantidad de votantes y por ser un bastión del peronismo.
"Esta causa tiene un cronograma electoral maravilloso. Ahora, un mes antes de la oficialización de las candidaturas en la provincia de Buenos Aires, sacan el fallo", dijo Fernández en la puerta de la sede del Partido Justicialista (peronista), en el centro de Buenos Aires, ante decenas de seguidores.
La exmandataria calificó a los tres jueces de la Corte Suprema como "impresentables" y dijo que la decisión fue tomada por "el poder económico concentrado" de Argentina.
Se espera que el fallo una a los peronistas, el movimiento de centroizquierda que representa la oposición más fuerte a Milei, que tras la derrota en las presidenciales del 2023 ha mostrado fracturas internas que pueden favorecer al Gobierno en los comicios, aunque el futuro del partido es incierto.
"La República funciona y todos los periodistas corruptos, cómplices de políticos mentirosos, han quedado expuestos en sus operetas (operaciones) sobre el supuesto pacto de impunidad", dijo el presidente libertario, Javier Milei, en su cuenta de X.
Otra fuente del Gobierno dijo que el partido peronista "puede abroquelarse o partirse en mil pedazos. O es lo que suele suceder cuando no está o no hay líder".
Decenas de militantes y legisladores se reunieron desde la mañana en la sede del partido, mientras algunos gremios y seguidores cortaban varias autopistas.
"Es un fallo absolutamente viciado en cada aspecto del proceso", dijo una fuente cercana a Fernández. "La Corte Suprema filtró a los medios el contenido del fallo hace 10 días (...) Es una vergüenza y por eso denunciamos persecución y proscripción".
Los fiscales acusaron a Fernández de direccionar cientos de millones de dólares al magnate de la construcción Lázaro Báez.
Durante su gobierno y el de su difunto esposo, el expresidente Néstor Kirchner, las compañías vinculadas a Báez recibieron decenas de contratos gubernamentales para proyectos de obras viales en la Patagonia, pero casi la mitad de ellos fueron abandonados, dijeron los fiscales.
Báez y otros funcionarios también fueron condenados a penas de prisión. La popularidad del peronismo, y la de Fernández, han sufrido en los últimos años. Fue vicepresidenta en 2019 bajo el mandato de Alberto Fernández, cuyo Gobierno perpetuó una crisis económica mediante la emisión de pesos que provocó una disparada de la inflación.
Pero aún así ha logrado mantener un amplio apoyo popular, particularmente de los votantes de clase trabajadora. Durante el juicio por corrupción que tuvo lugar en 2022, cientos de sus seguidores se manifestaron regularmente frente a su casa en Buenos Aires. Fue en ese momento en que se salvó por poco de un intento de asesinato.
"Es una figura que no es opacada en la escena política para nada", dijo Carolina Barry, experta en peronismo en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, en Buenos Aires. "Su palabra es escuchada por un enorme sector", agregó.
Fernández ha sido muy crítica de las medidas de austeridad de Milei, acusándolo de recortar pensiones y presupuesto universitario. Milei, por su parte, le ha respondido que le gustaría ser quien "pusiera el último clavo en el ataúd del kirchnerismo, con Cristina Fernández de Kirchner dentro".
El peronismo es la principal fuerza en el Congreso. Aún está por verse si la condena a prisión de Fernández refuerza la oposición a Milei, aunque "no sé si es conveniente debatir o luchar contra la imagen de un mártir", dijo Barry.
Fernández enfrenta cargos en otros casos penales y está previsto que sea juzgada en noviembre por acusaciones de liderar un esquema de soborno a gran escala.
El registro anterior fue cerrado en 2018 por preocupaciones sobre irregularidades en el sistema de concesiones en el sector
La previsible decisión judicial se reveló en medio de un amplio respaldo de sus partidarios a la líder peronista de centroizquierda