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Las empresas tienen un largo camino a la sostenibilidad y en medio de esa meta a largo plazo ya se conocen esfuerzos e iniciativas que ayudan a tener operaciones menos contaminantes y de mayor inclusión
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Crece el número de sociedades BIC. Este es un ejercicio voluntario que legaliza el compromiso por la RS y el cuidado del ambiente
Las Sociedades Comerciales de Beneficio e Interés Colectivo o mejor conocidas como sociedades BIC, son empresas de naturaleza comercial, que de forma voluntaria se proponen combinar su actividad comercial con acciones para mejorar el bienestar de sus trabajadores, aportar a la equidad y contribuir al cuidado del medio ambiente.
Las empresas BIC tuvieron su origen en Estados Unidos a finales de la década pasada. Reino Unido, Italia y España también las adoptaron rápidamente. En Colombia, fueron reconocidas legalmente en 2018 mediante la Ley 1901.
“Las sociedades BIC impulsan la importancia de las empresas para el desarrollo de los territorios. Las hacen más conscientes, de lo que venimos hablando hace mucho tiempo”, afirmó Camila Escobar Vargas, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño (Ccoa).
Tres son los propósitos fundamentales que persiguen las empresas BIC: incorporar un propósito social y ambiental por encima del interés económico de los accionistas; velar por el cumplimiento de esas metas; y garantizar la transparencia en los reportes de su impacto empresarial en las siguientes cinco dimensiones: modelo de negocio, gobierno corporativo y prácticas laborales, ambientales y comunitarias.
Las empresas BIC benefician a muchos grupos de interés: inversionistas, empleados comprometidos, consumidores responsables, emprendedores motivados, organizaciones sin ánimo de lucro y, por supuesto, a comunidades y territorios.
“Sin importar el tamaño, toda empresa puede reconocerse como sociedad BIC. Puede adoptar la figura de manera voluntaria y comenzar a contribuir a los ODS”.
Una empresa se convierte en BIC al redefinir su negocio para crear valor económico, social y ambiental y como recompensa obtienen una visibilidad importante en el ecosistema empresarial ya que incrementan su valor reputacional, crean fidelización con clientes y proveedores, retienen y atraen talento humano, atraen inversión privada, gestionan positivamente crisis de su actividad con comunidades o medio ambiente, hacen parte de redes de empresas similares y acceden a incentivos económicos o tributarios que ofrecen las autoridades en el territorio nacional.
“El Gobierno Nacional ha dispuesto una serie de incentivos de todo tipo a este tipo de sociedades como, por ejemplo, temas de acceso prioritario a líneas de crédito, utilidades repartidas a través de acciones a los trabajadores con tratamiento especial de impuestos y un portafolio preferencial de servicios en materia de propiedad industrial por parte de la superintendencia”, agregó Escobar.
Pasos para adquirir la condición de empresa BIC
Lo primero es tener plena convicción de generar un impacto positivo en la sociedad y el ambiente. Lo segundo, que la junta de socios o los accionistas aprueben esa decisión. Tercero, reformar los estatutos para incluir en la razón social la frase “Beneficio e Interés Colectivo”. Cuarto, incluir en el objeto social al menos una actividad BIC de cada una de las dimensiones: modelo de negocio, gobierno corporativo y prácticas laborales, ambientales y comunitarias. Y quinto, acercarse a la Cámara de Comercio de su región y realizar el registro formal de adopción de la condición BIC.
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