MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
El Papa solo vivió 19 horas y media después de la bendición del Urbi et Orbi; su partida ha marcado una contrarreloj que va hasta el 11 de mayo para elegir al nuevo sucesor del mayor cargo dentro de la Iglesia católica
El Colegio Cardenalicio, de 135 miembros electores, deberá elegir al sucesor de Francisco a través de un proceso religioso centenario y secreto llamado Cónclave
La sede vacante fue anunciada por el gobierno ordinario de la Iglesia, que está representado por el Colegio Cardenalicio y es la señal para la elección del nuevo máximo representante de la Iglesia Católica Universal. El grupo de cardenales administrará los asuntos del Vaticano y la fe mientras ese elige al sucesor de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco.
Luego de la declaración de la sede vacante, se lleva a cabo el proceso llamado como “El Cónclave”; se trata de una reunión a puerta cerrada de los cardenales electores (aquellos menores de 80 años) y que tiene lugar en la Capilla Sixtina. Es un proceso de elección de gran carga solemne, religiosa y secretismo. Está regido por estrictas normas y tradiciones.
El Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 cardenales, pero solo 135 tienen la potestad de ser electores en la escogencia del nuevo Papa. Son clasificados por edad, pues tienen menos de 80 años. Los 117 restantes no son electores, pues cuentan con 80 años de edad o más.
El Cónclave tiene lugar luego de 15 a 20 días de la muerte de Papa, pues se da tiempo a los cardenales para llegar a Roma y participar en el proceso. Se trata de una norma añadida por el Papa Benedicto XVI.
“¡Extra omnes!” significa “Todos afuera” y es la expresión que hace referencia durante el Cónclave a la petición de que los cardenales no electores abandonen la Capilla Sixtina, lugar donde se llevarán a cabo las votaciones. Las puertas del recinto se guardan bajo llave, simbolizando el hermetismo con el mundo exterior y la importancia que implica la elección del nuevo Papa.
Sergio González Sandoval, experto en temas religiosos de la Universidad Javeriana, aseguró que “entran en una reunión que puede durar varios días en la Capilla Sixtina. Los cardenales votan de acuerdo a la persona que consideran que debe asumir el pontificado de la Iglesia Católica. Las votaciones son secretas, pero escritas”.
El experto aseguró que el nuevo Pontífice necesita dos terceras partes de los votos, cerca de 100 para una misma persona, para ocupar el cargo. Explicó que no siempre se da en la primera votación y lo común es que se surtan varias rondas de elección hasta que un cardenal obtenga la mayoría. Los electores, antes de votar, deben presentar un juramento sobre el secreto de las decisiones durante el Cónclave.
Uno de los rituales más tradicionales durante la elección es el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina. El público religioso y no creyente espera afuera el resultado de las deliberaciones. Si ninguna votación alcanza la mayoría requerida, las papeletas se queman con químicos especiales que producen humo negro, la señal de que no se ha llegado a un acuerdo. Por el contrario, el humo blanco indica que se eligió al nuevo papa.
“¡Tenemos Papa!” es la frase que pronuncia el Cardenal protodiácono cuando se llega a un consenso entre los cardenales. Se revela el nombre en el balcón central de la Basílica de San Pedro y el elegido sale a saludar al público. Antes de su primera aparición pública, el Papa debe elegir su nombre y aceptar el cargo.Luego, va a la “Sala de las Lágrimas”, donde elegirá los ornamentos que usará para recibir a los feligreses en el balcón.
Wilson Pabón, doctor en Historia, asegura que la elección del Papa estará marcada por tiempos en que ha cambiado la figura del Sumo Pontífice en el mundo. ”Francisco fue el primer Papa latinoamericano, una persona un poco más joven, diferente a Benedicto XVI, quien era alemán, más conservador y mucho más tradicional. Los Papas como Francisco, que son renovadores, tienen aceptación del público y de los jóvenes, pero son criticados por sectores más conservadores de la Iglesia. Los más tradicionales no los ven con tan buenos ojos porque son muy críticos”, dijo.
Temas como la pobreza, el cambio climático, abrir la iglesia a nuevas tendencias sexuales, aunque acercan a públicos más jóvenes a la Iglesia, estarán en la mira de los cardenales más conservadores. La Iglesia deberá dar un camino continuista al legado del Papa Francisco o abrirá las puertas de El Vaticano a cardenales no tan liberales.
“Fue un Papa que si uno le pregunta a los más jóvenes, a las nuevas generaciones, lo ven con buenos ojos. Fue muy querido por la gente y visitó países que tradicionalmente no son visitados. Seguramente vendrá un Papa tradicional, más viejo y aferrado a las tradiciones de la Iglesia. Francisco, incluso, llegó a quitar las mismas en latín porque sentía que no se alineaba con las tradiciones de la nueva fe”, dijo Pabón.
González aseguró que El Vaticano necesita tiempo para la elección, pues los cardenales deben hablar y establecer el perfil del sumo pontífice que la fe católica necesita en estos tiempos. “La realidad de cada cardenal en su país no necesariamente se ajusta a la universalidad”, dijo.