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En Colombia hay más de 130 empresas que operan con el certificado de Empresas B, compañías que se dedican a dar soluciones
Las compañías que obtienen esta certificación entran a ser parte de un movimiento global que construye una economía sostenible
Las organizaciones empresariales interesadas en acreditarse como entidades responsables en temas ambientales y sociales, pero además buscan resultados económicos favorables, pueden optar por certificarse voluntariamente como empresas B.
Esta gestión la desarrollan empresarios que quieren asegurarles a sus clientes y consumidores que cumplen con ciertas características específicas, que consideran importantes como puede ser el cuidado de su entorno. En el caso del certificado B, éste acredita a las corporaciones que lo consiguen, como agrupaciones que cumplen con criterios de calidad y superioridad en temas ambientales y sociales.
“Las ventajas de ser una empresa B, básicamente tienen que ver con temas de prestigio, porque demuestra que posee una responsabilidad diferenciada frente a otros procesos”, explicó Clara Inés Pardo, economista y profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario.
También, sirve como un medio de acreditación ante ciertas organizaciones que cuando van a contratar a un proveedor, priorizan que este cumpla con ciertos aspectos de responsabilidad social y ambiental frente a otras entidades.
Funciona, además, como una garantía frente a los consumidores, que buscan compañías que cumplan con este tipo de requisitos como parte de su actividad, por tanto, esto motiva a los dueños de los establecimientos a buscar esta clase de certificación.
“Algo importante de la certificación como Empresa B, es que ayuda a que el negocio sea consistente, es decir, que a nivel interno se conozca como las empresas trabajan en pro de lo social y ambiental”, indicó Pardo.
Fabián Rodríguez Téllez, administrador de empresas, reconoce que las personas en el mundo actual, tienen una visión más amplia de cómo funciona la economía, gracias a las diversas fuentes de información, esto hace que sean más exigentes a la hora de adquirir un producto o servicio.
Lo que visualizan ahora, ya no es tanto la calidad y el precio, señaló Rodríguez, sino, consideran la postura que toma la empresa frente a la sociedad y el ambiente, asumiendo que la responsabilidad social empresarial ahora no es un factor diferenciador, sino, una necesidad y una exigencia del mercado.
“Considerando lo anterior, lograr la certificación de empresa B, es tener un sello de compromiso con los temas sociales ambientales, que para los consumidores se resume en ver a la organización como una empresa confiable, legal, responsable, innovadora y organizada”, comentó Rodríguez.
Las Empresas B son compañías con ánimo de lucro que han cumplido con requisitos en un proceso de certificación sostenible
Uno de los objetivos del sector privado es reducir las disparidades salariales y promover una distribución más justa de la riqueza
Pablo Santos, cofundador y CEO de Finaktiva, destacó que los consumidores cada vez más se identifican con empresas sostenibles