La Universidad del Rosario enseña cómo sacar adelante una idea de negocio con éxito

Seguramente cuando escuchamos, en el lenguaje de los medios digitales, la palabra emprendimiento, fácilmente lo asociamos a la creación de nuevas unidades de negocios promocionados a través de las diferentes plataformas, sin embargo, el término abarca mucho más. Los emprendedores son quienes tienen una idea innovadora de negocio, pero también lo son, quienes cuentan con estudios y creatividad para convertirse en generadores de ideas al interior de una compañía.

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Bajo esa visión, la Universidad del Rosario se concentró en la apertura de programas de emprendimiento que marcan la tendencia en el mercado laboral y competitivo. Por ello, la población estudiantil ha respondido positivamente a la oferta académica que abarca un pregrado de emprendimiento y una maestría en emprendimiento e innovación. En ese orden de ideas, y de la misma manera como evoluciona el interés de las nuevas generaciones por formarse en programas poco convencionales, a la vanguardia de la tecnología, instituciones de educación superior tratan de ponerse al día con los intereses que demandan.

El programa de pregrado cuenta con ramificaciones de esta materia, tales como el emprendimiento social, verde, digital e intraemprendimiento, líneas que pueden fortalecer en el desarrollo de la formación. Este nuevo desarrollo académico, que busca expandir y fortalecer las habilidades de los estudiantes, también cuenta con un laboratorio de negocios, centro donde se ha desarrollado más de 1.500 emprendimientos y se han apoyado a más de 300 empresas.

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En los ocho semestres, los estudiantes tienen la oportunidad de recibir formación en: el arte de emprender, costos y presupuestos, inteligencia emocional para emprender, marketing y otros. En los últimos años la universidad ha trabajado en crear laboratorios de crecimiento e innovación, también tiene una incubadora, aceleradora y un programa de acompañamiento por parte de Administración.

"El emprendimiento incorpora dimensiones psicológicas, sociales y tecnológicas. Es un enfoque responsable y estructurado, con procesos y conceptos esenciales para la educación", señaló Andrea Ávila, decana de la Facultad de Emprendimiento.

Hay varios factores que influyeron en la creación de dicha facultad: El emprendimiento ha crecido como un campo de conocimiento teórico y estructurado, los emprendedores son los que están transformando la industria y las organizaciones. De allí, la importancia de crear programas académicos que fortalezcan las prácticas y ecosistemas que necesitan los emprendedores, pero también que se resignifique su rol.

"Estamos equivocados si pensamos que emprender es un tema de suerte o al azar, es un proceso que requiere toda una práctica, metodología, habilidades y capacidades que se pueden aprender. Cuando se han formado, tienen más oportunidad que sus emprendimientos se sostengan en el tiempo", señaló Ávila.

Como el caso de Siembra-CO, empresa que trabaja con herramientas tecnológicas para hacer más eficiente la producción en el campo. Con un solo clic los usuarios de la plataforma pueden ser granjeros virtuales. A través de una red de campesinos llevan a la realidad lo que demanda el espacio digital. Recientemente, estos emprendedores del alma mater se alzaron con el premio Hult Prize.

La Universidad tiene un sello especial en la materia de emprendimiento, porque desde otros programas como administración, reciben principios formativos en esas líneas, pero quienes desean afianzarse en estas temáticas pueden optar por estudiar el pregrado o la maestría.