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EMPRESAS

La historia de La Polar llega a su prematuro final entre errores financieros y desilusiones

sábado, 5 de julio de 2014
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Gabriel Forero Oliveros

“LIQUIDACIÓN” es la palabra más recurrente en las vitrinas de la única tienda La Polar que continúa abierta en Bogotá, en el centro comercial Cafam Floresta.

Con un vago sonido de música electrónica de fondo, que se emite desde un equipo de sonido, que seguramente aún no se ha venido en el remate de inventario del retail chileno, se ve cómo de a poco la mercancía se reduce a la fuerza, con promociones que llegan a decir, “lleve tres camisetas por el precio de una”.

Mientras que afuera, otros establecimientos están atiborrados de personas, o de algún transeúnte que ha salido a dar un paseo, en La Polar se siente un frío casi sepulcral, como si las paredes sintieran que ahí está muriendo un gigante chileno, que sin más preámbulos ha tenido que liquidar sus bienes, así como es liquidada financieramente.

La tienda que causó gran expectativa en el centro comercial Centromayor cuando abrió sus puertas bajo el nombre de La Polar en 2010, hoy se encuentra cerrada y la compañía que la proveía se vio obligada a dejar definitivamente Colombia.

La incursión de una de las compañías de venta por departamentos más exitosa de Chile, pasará a la historia como una posible mala decisión empresarial tras obtener, después de casi cuatro años de funcionamiento, pérdidas de $213.138 millones, pasivos de $89.640 millones, activos por $63.446 millones y un patrimonio negativo de $26.194 millones según las reveladas por la Superintendencia de Sociedades.

La historia que terminó siendo una muerte anunciada de La Polar, en vista de los malos manejos financieros en su casa matriz, inició en el país cuando los socios de la compañía, que para ese entonces tenía más de 40 tiendas y 160.000 metros cuadrados en Chile, vinieron a Colombia en 2008.

Ese año, los nuevos socios de la firma en Chile, Southern Cross, ya habían reorganizado la estrategia de La Polar hacia los sectores de clase media y baja. Una fórmula que dio resultado, pues los ingresos de la compañía eran superiores a US$540 millones.

Así, tras ese impulso económico, Colombia se perfiló como el nuevo centro de negocios para la empresa que tenía el hambre para entrar a un mercado en el que estaban marcas como Éxito y Falabella.

El comienzo de esta historia se da en el sur de Bogotá, con su tienda en Centromayor. A la que dos meses después, se le sumó un segundo local, y después de dos años, ya inauguraba su tercer punto de venta tras una inversión de US$20 millones. Para luego terminar con 35.393 metros cuadrados en almacenes en ciudades del país.

El aterrizaje de un retailer que tuvo poco branding y marketing en el país, según el experto en el sector, Leopoldo Vargas Brand, tenía la intención de reactivar el consumo en estratos económicos bajos y medios, a partir del producto estrella de Chile: las alianzas con las tarjetas de crédito en sus locales.

No obstante, mientras el futuro sonreía en estas tierras que han sido puerto de entrada de otras cadenas como Cencosud y Ripley, el panorama se oscurecía en Chile, tras los problemas financieros que tuvo la compañía en la casa matriz.

Durante varias mañanas de 2011, los titulares de los periódicos australes despertaron con el anuncio de que el aumento de riesgo crediticio en los clientes chilenos, sobre todo por tarjetas de crédito, habia causado un profundo daño en las arcas de la compañía.

Sin embargo, el panorama se tornó más oscuro cuando las autoridades acusaron a La Polar de hacer repactaciones masivas, es decir rediseños de préstamos ya existentes, con el fin de abultar su cartera, ante la inminente amenaza de que los deudores no pudieran pagar.

En ese mismo año, los tentáculos de la crisis llegaron a Colombia y la compañía tuvo que irse a reestructuración para resarcirlas pérdidas de los accionistas, y someterse a una constante inyección de capital, que finalmente no soportó el peso de una operación que trajo pérdidas y que después de más de 1.400 días, se despide de Colombia con más pena que gloria.

Faltan US$47,5 millones para pagar
Según el Diario Financiero, a La Polar le hacen faltan US$47,5 millones para pagar las deudas que tiene en Colombia. Cabe recordar que hace tres meses, César Barros, presidente del directorio del retail en Chile, dijo a los accionistas de la compañía que la firma salía de un negocio difícil, que implicaba un sacrificio de caja cercano a los US$40 millones por año. Además, dijo que “la aventura colombiana ha sido la gran desilusión” de los últimos años, debido a que hubo problemas en los contratos de arriendos costosos, y “fuera de todo rango para la industria”.

La opinión

Leopoldo Vargas Brand
gerente de mall and retail

“La Polar tuvo que salir de Colombia debido a que su presencia de marca no fue suficiente, y a que sus locales no le terminaron dando resultados con sus tarjetas de crédito”.

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