El consumo de tabletas pone en jaque al PC

Las tabletas crecen con el apetito de una piraña. Hace tres años no existía ni siquiera la categoría, cuando Steve Jobs planteó que su siguiente revolución sería delgada y portable. Desde entonces se han vendido 170 millones de iPad, del que hay cinco generaciones y dos versiones  Mini. Una decena de fabricantes tienen, por lo menos, un modelo basado en Android, un rival de peso, o Windows.

El computador personal se demoró un poco más de 20 años en consolidarse. Es un hecho que la base total instalada de computadores personales sigue creciendo, aunque a un ritmo más lento en las últimas décadas.

Las cifras confirman el descenso en la demanda en el mundo, aunque Colombia refleja otra realidad.

La firma de consultoría Gartner  prevé que las ventas de  computadores en el mundo caerán un 11,2 por ciento, hasta las 303 millones de unidades este año.  En reportes de julio, había indicado un descenso en cinco períodos seguidos. Un hecho histórico.

En contraposición, las tabletas viven un auge: las ventas mundiales crecerán un 42,7 por ciento, según Gartner. No es la única firma tecnológica en ponerlo en cifras. NPD Display Search, en sus previsiones, habla de 240 millones de tabletas superando los 207 millones de computadores portátiles, en 2013.

Más allá de las cifras, el decenso va en la línea de los nuevos hábitos de consumo. Un niño prefiere jugar Candy Crush o Angry Birds en su cama (y no en el PC de escritorio de la sala de la casa, aunque sea táctil), y un viajero prefiere reducir los 2 kg de peso de su portátil en el morral por algo más ligero que lo mantenga conectado.

“Los términos movilidad y productividad se vuelven inseparables”, dice Luis Miguel Jácome, director de distribución para Dell Colombia. Además, existe una actitud que podría resumirse como “en cualquier momento, en cualquier lugar” de acceso a datos.

“Esto cambia las expectativas tanto en la productividad como en los dispositivos diseñados para habilitarla”. Lo que ha producido fenómenos de los que habla la industria, con inquietud, y que se resume en las siglas: BYOD (Bring Your Own Device).

Lo que podría traducirse, como esa tendencia de los empleados de utilizar sus propios dispositivos en su lugar de trabajo. ¿Cómo no va a ser más cómodo navegar en una tableta personalizada que en un PC lleno de restricciones?

Es una preocupación para los departamentos de Tecnología de las  empresas. Seguridad es la primera consideración. Algunos fabricantes de dispositivos, entre ellos Blackberry, ofrecen compartimentos aislados en un dispositivo,  para resguardar la información corporativa que sea fácil de gestionar y borrar en remoto.

Hasta ahora, las tabletas  adaptadas para negocio se han utilizado solo para el acceso al correo y la navegación web.  Aunque hay apps que sirven para funciones administrativas y de servicio al cliente.

“La razón para que las tabletas no hayan sido adoptadas ampliamente en estos roles es que no hay una oferta que cumpla con los requisitos de seguridad, manejabilidad y productividad en los puestos de trabajo”.

No es una generalidad ni aplica para todos los fabricantes, reconoce Jácome, pero según estimados de Dell, las instituciones gastan 2.235.20 dólares configurando estos dispositivos con el fin de que estén aptos para funcionar en ese entorno.

¿MUERTE DEL COMPUTADOR? 
No obstante es cuestión de tiempo. Aplicaciones específicas para los entornos de trabajo y políticas claras podrían acelerar esta adopción.

Eso sin contar con que las tabletas entran en las instituciones educativas como una alternativa fácil de interacción entre el profesor y el maestro.

En este cuatrienio, el Gobierno colombiano entregará en total 669 mil computadores y 1 millón 132 mil tabletas, que cubren el 100 por ciento de las escuelas.

A esto se suma la reducción de aranceles y del IVA para la entrada de PC al país, que  estará vigente por dos años más, y que ha hecho que los colombianos consigan los PC más baratos de la región. En tiempos de oferta, en la ciudad se consiguen portátiles con configuraciones básicas, por menos de 700 mil pesos.

Lo que hace pensar que el país es un mercado atractivo, aún para nuevos jugadores. Por ejemplo, La empresa mexicana Lanix incursionó en Colombia en diciembre de 2011. Tres años después, los portátiles siguen como los más vendidos.

“Aún son la categoría más importante al representar 57 por ciento del volumen total de ventas de estos. Los Ultrabook van por el 20 por ciento de las ventas de portátiles”, precisa Jocelyn Calzada, gerente de Mercadeo para Colombia de Lanix.

Un panorama similar viven fabricantes consolidados. “El negocio de computadores no necesariamente se está viendo afectado por el mercado de tabletas”, indica Juan Carlos Uribe, gerente General de Lenovo Colombia.

Los denominados computadores convertibles o ultraligeros podrían morderle una tajada considerable al negocio de PC, pero “la gente entiende que la tableta es un segundo dispositivo y que no se puede sobrevivir solo con ella”.

Lenovo le apuesta a este concepto y habla de estar en la era PC plus, que implica la interacción con las cuatro pantallas: PC, smartphone, tableta y Smart TV. “Esto significa trascender del PC, ir a la movilidad y concretar la convergencia y conectividad entre distintos dispositivos”.

 Es un hecho: el ecosistema de los consumidores está conformado por más de un dispositivo, coinciden en afirmar todos los fabricantes consultados. Pero creen que el computador sigue siendo una herramienta insustituible.

La explicación es que por más accesible que se hayan vuelto los celulares y las tabletas y por las similitudes (PC y tableta comparten: memoria, procesador, almacenamiento y conectividad), los computadores siguen reinando, irónicamente, por sus prestaciones o características físicas.

EL USO TAMBIÉN DETERMINA
Un estudio de Deloitte denominado Tecnología, Medios de Comunicación y Telecomunicaciones 2013, explica que la razón por la que mil millones de personas en el mundo sigan optando por usar un computador tradicional es que tienen pantallas más grandes, teclados completos y mouse.

La pantalla de un smartphone de cuatro pulgadas ofrece un área de visualización de 7 pulgadas cuadradas. Y una tableta de 9,7 brinda 21 pulgadas cuadradas. Una pantalla de 14 pulgadas de un computador personal ofrece 84 pulgadas; un monitor de 25, 267 pulgadas.

En ocasiones la gente necesita no solo visualizar contenido, una acción pasiva, que bien puede realizar al deslizar el dedo sobre la pantalla táctil, sino que debe generar contenido. Un mail de 50 palabras es sencillo de escribir en una pantalla de un smartphone, pero uno de 500, necesita un teclado externo.

Visualizar un gráfico de Excel es posible con una app en la tableta, pero sumar una celda o modificar una gráfica es más complejo.

Más allá de la comodidad, hay un hecho determinado por los patrones de uso, como sostiene el estudio. Los usuarios de los smartphone lo llevan consigo y sus interacciones tienden a ser frecuentes, aunque breves. 

Excepto la generación Y, que están entre 18 y 30 años. Según un estudio global de Cisco, publicado a finales de 2012, uno de cada cinco de estos jóvenes, revisan su estatus en redes sociales o un mail cada diez minutos en su celular. La dependencia aumenta en estos nativos digitales.

 Las tabletas reinan y podrían adelantar la era Post-PC, que invocó Steve Jobs, pero, ¿al punto de declararle la muerte al computador? razones de uso y adopción explican que aún es prematuro hablar de ello. No obstante, “los ciclos de tecnología son cada vez más acelerados y llegan cada vez más rápido a un mayor número de personas”, dice Jocelyn.

En lo que concuerda Róbert Vélez, gerente de Mercadeo de AOC. “La competencia para capturar este mercado (tabletas y móviles) es tan intensa que cada tres meses hay algún avance nuevo, lo que incentiva al público buscar lo último”.

Por ahora,  las tabletas desafían la imaginación: permiten consignar datos en la cima de una montaña o en un pozo petrolero, o servir de caja registradora en un restaurante. Los usuarios de casa y profesionales  las ajustan a sus requerimientos con la versatilidad de una navaja suiza.

Falta ver si esa adopción termine por volver al PC en una reliquia de museo.