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En una entrevista con la periodista Salud Hernández, Camilo Liévano, representante de un gremio de joyeros, aseguró que el Banco Central ya no les vendía oro porque no lo encontraba rentable y cuestionó su actuar ante una tema que calificó como “responsabilidad social”.
Sin embargo, Plazas explicó que la afirmación no tiene sustento, dado que la entidad por Ley debe comprar todo el oro que le ofrezcan. El problema, según el funcionario, es que de un tiempo para acá y por razones ajenas a su voluntad “los productores e intermediarios de oro no le venden al Banco”.
El subgerente explicó en la misiva que desde 2013 no se hacen estas transacciones porque se agotaron las existencias. Liévano también se refiere a esta fecha en la entrevista, pero argumenta que en varias ocasiones le han manifestado al gerente del Emisor, José Darío Uribe, su interés en retomar las negociaciones. “(Él) insiste que no es el objeto social de ellos (Banco), no tienen por qué comprarlo”, responde el empresario.
Plazas no solo desmiente esta apreciación en su carta, sino que además recuerda que antes de que se agotaran las existencias de oro para vender a los joyeros hace tres años, estos compraban casi la totalidad de sus materias primas a proveedores diferentes.
“En 2012, por ejemplo, el Banco de la República vendió a los joyeros 40 kilos de oro correspondientes a 5,2% de los 764 kilos que demandó la industria de la joyería en ese año”, dijo.
Según Liévano esto sucede porque conseguir un kilo de oro en el Banco, con todos los requerimientos “es una obra titánica”. Lo cierto es que el Emisor no es la entidad llamada a vigilar este mercado, hecho que Plazas deja claro en su respuesta.
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