“Somos responsables del país que tenemos y queremos”

El petróleo ha sido encontrado en territorios claves en el conflicto armado colombiano, por ejemplo el Meta, Casanare y Arauca, son departamentos en donde hay más presencia petrolera y donde los campamentos guerrilleros abundaban. 

Con las conversaciones en La Habana nace un nuevo interrogante: ¿cuál será el papel de la industria petrolera en el postconflicto? “Es un reto más allá de la responsabilidad social empresarial”, resaltó Alejandro Santos, director de la Revista Semana.

Frank Pearl, miembro del equipo negociador del Gobierno en Cuba, dijo que “el objetivo principal es hacer un tránsito de una lucha insurgente a una lucha política (…) Hoy las Farc tienen influencia en 36 municipios de Colombia y cada vez tienen menos aliados, ellos saben que no hay salida militar", dijo. Y agregó que al darle voz política a la guerrilla no se quiere cambiar las ideas sino los métodos de lucha. “Nuestra lucha diaria es establecer la disposición y capacidad de las Farc para llegar a la paz”, precisó Pearl.

Y añadió, “al contrario de lo que muchos piensan los ciudadanos anónimos que han vivido en carne propia la violencia, son los más interesados y dispuestos a la reconciliación, porque la justicia se ve reflejada en ayudar a las víctimas de hoy y evitar que hayan más en el futuro”.

Por eso la palabra más importante en este proceso no es el perdón sino la reconciliación, la capacidad de los seres humanos para avanzar y tener en su corazón mucho más que la venganza, que al final no devuelve lo que perdieron.

Alejandro Eder, Director de la Agencia Colombiana para la Reconciliación arrojó un dato importante: “en Barrancabermeja, 250 desmovilizados están trabajando para la industria petrolera, tal vez esos mismos que bombardeaban los oleoductos y les hacían perder la producción y con ello una gran cantidad de dinero”.

El papel de la industria extractiva es importante, más aún cuando hacen presencia en lugares donde abundan víctimas del conflicto. “los programas de responsabilidad social empresarial no debe ser para compensar, deben trabajar del lado de las comunidades (…) si los ciudadanos son económicamente capaces, son libres”, señaló Pearl.

Quien además asegura que el mayor reto es que los jóvenes colombianos sigan creyendo que una de las opciones es seguir siendo parte de los grupos al margen de la ley.

“El sector petrolero ha hecho que se llegue a lugares en donde era impensable llegar”, recalcó Orlando Cabrales, viceministro de Energía, y siguió “gracias a eso los ciudadanos somos más deliberantes, mucho más participativos”.

Hay que desligar del pasado a las comunidades “para que ellas sean dueñas de su futuro”, dijo el negociador, “si se firma un acuerdo hay que afrontar una realidad, hay que transformarse desde los partidos políticos, el sector privado y los ciudadanos (…) somos responsables del país que tenemos y del que queremos construir”.

Ahora bien no se trata de que con la firma de la paz, se acabe la guerra. “El postconflicto es gradual, pero hay que empezar a trabajar desde ya”, dijo Eder.

“Una cosa es el acuerdo en La Habana y otra es la construcción de la paz”, señaló Alan Jara, Gobernador del Meta y quien estuvo secuestrado por las Farc, pero que está de acuerdo con las negociaciones.

Y finalizó María Victoria Llorente, directora ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz, “la preparación del postconflicto es difícil, el reto está en cómo vamos a aportar a ese proceso”.