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La segunda etapa del Plan de impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe) tiene como propósito solventar las dificultades que afectaron a varios sectores durante la desaceleración de la economía.
El programa permitirá que el país pueda crecer cerca del 3,5% y no al 3%, como estiman algunos expertos, ante la caída de los precios del petróleo.
El Jefe de Estado les pedirá a los empresarios que tengan paciencia y sigan apoyando al Gobierno en el proceso de paz con las Farc, negociación que consideró será “el mejor Pipe”, si llega a un feliz término.
Dentro de las medidas de responsabilidad fiscal, se destacan los ajustes necesarios para mantener el equilibrio fiscal, recortando $17 billones en su hoja de ruta y aplicando políticas económicas consistentes, sólidas y creíbles ante el actual panorama fiscal.
En días pasados, el Mandatario dijo que “no quiere decir que sacamos un cheque, lo giramos y nos endeudamos en $16,84 billones más. No. Esto es producto de una reingeniería para mantener las finanzas públicas en buen estado, para dar señales de responsabilidad del punto de vista fiscal. Pero, al mismo tiempo, si esto produce los efectos que, estamos seguros, va a producir en materia por ejemplo de crecimiento, eso por el contrario nos va a aliviar un poco la caja, porque nos va a generar más recursos”.
El Pipe 2.0 debe tener un impacto mínimo de 322.000 empleos adicionales. Habrá inversión en infraestructura educativa, vías, agro y vivienda.
Con esto se inició la fase de discusión legislativa del proyecto de ley de competencias, la cual, en caso de ser aprobada en 2026, entraría en vigencia en 2027
Representa haber pasado de ofrecer 2% de la capacidad instalada en 2022 a 13% al cierre de 2025, este año entraron 925 Mw
Cartera propuso que los estratos altos asuman la deuda por concepto de la opción tarifaria que hoy adeudan los estratos bajos