“En San Agustín creen que vamos a falsificar las esculturas”

Parece un mal chiste pero es una absurda realidad. La exposición en el Museo Nacional de veinte esculturas de San Agustín, programada para la semana entrante, está en el aire por la oposición de unos lugareños que creen que el Patrimonio de la Humanidad, declarado por la Unesco, es propiedad de ellos.

¿Por qué encontraron en el pueblo oposición a la exhibición?
En un primer momento es la reflexión legítima de las comunidades por exigir explicaciones del manejo patrimonial; ahora bien, el Instituto, junto a la Alcaldía, la Gobernación y el Ministerio de Cultura, han hecho suficiente claridad de que se llevan al Museo Nacional por tres meses, a una exposición que será gratuita y permitirá el acceso a las obras de unas poblaciones que no llegan hasta San Agustín. También motivará a la gente para venir. Pero hay una oposición radical que resulta sorprendente. Temen que se van a falsificar o que no se van a devolver.

¿Es ignorancia o mala idea?
Tenemos un problema de institucionalidad en Colombia, pero poner en cuestión al Instituto que ha cuidado estas esculturas por más de sesenta años, decir que las vamos a falsificar, resulta sorprendente.

¿Por qué los yanaconas tampoco quieren la exposición?
El fundamento de su oposición es la necesidad de establecer un manejo compartido del patrimonio. Tendremos que explorarlo en la medida que tengamos unas relaciones armónicas, unos canales de comunicación, pero mientras tengamos unas relaciones de confrontación, va a ser difícil construir lógicas de manejo.

Pero si ellos hicieron la carretera, difícil confiar en que manejen bien el patrimonio. Se les entregó en comodato los petroglifos y claramente ha sido en su detrimento. No hay limpieza ni mantenimiento del sitio. No han hecho esfuerzo en la conservación de los sitios asociados a su resguardo.

Esa gente, que se volvió tan celosa del patrimonio, ¿fue igual de exigente con los guaqueros?
Los promotores principales del NO a la exposición tienen antecedentes en la policía de guaquería. Pareciera que están blanqueando su pasado a través de una reivindicación sobre el patrimonio que en tiempos anteriores no hicieron. Por otra parte, los reclamos de la repatriación de ciertas piezas que hay en Berlín, se pueden hacer a través de la Cancillería. Pero si estas mismas personas que han comerciado con el patrimonio nos dicen a quién vendieron las piezas (de la guaquería), nosotros tenemos todos los instrumentos legales para recuperarlas.

¿Existe riesgo de que San Agustín pierda la condición de Patrimonio de la Humanidad por una carretera hecha junto al Parque?
No hay riesgo de pérdida de ese estatus, lo cual no quiere decir que no haya un problema que tenemos que solucionar. Necesitamos llegar a unos acuerdos, una mediación entre los intereses específicos de la protección patrimonial y las necesidades cotidianas de la población colindante. La Gobernación y la Alcaldía se han ocupado de la adecuación de la vía por fuera del Parque, de manera que podamos subsanar el problema tal como nos lo solicitan las autoridades y la Unesco.

¿Ha descendido la guaquería?
Sí ha descendido, pero sigue siendo una práctica actual.

¿Será que los lugareños no son conscientes de la importancia del patrimonio cultural?
Hay conciencia de la importancia puesto que la economía local funciona alrededor del Parque, de los turistas que vienen, pero no necesariamente reconocen todos los elementos que hacen parte del patrimonio. Cualquier cosa les parece muy secundaria respecto a las esculturas monumentales, como las transformaciones estructurales del espacio.

¿Por qué no están haciendo excavaciones? ¿Falta de recursos?
Dinero hay, pero faltan equipos y es necesario establecer proyectos de gran envergadura. Necesitamos que los arqueólogos se motiven para que se dediquen a la arqueología, están dedicados a la arqueología del rescate.

¿Qué es eso?
Arqueología preventiva en el marco de las licencias ambienles de trabajos de infraestructura.

¿Importar arqueólogos?
Es una alternativa.