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Impactos por la reforma laboral, según Fenalco
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El nuevo límite de 44 horas laborales semanales eleva el costo por hora trabajada y afectará especialmente a las mipyme y sectores cuyas actividades son en la franja nocturna
Desde el 15 de julio, entra en vigor en Colombia la reducción de la jornada máxima laboral, pasando de 46 a 44 horas semanales, en el marco de una reforma laboral que promete transformar la dinámica del empleo en el país. Según proyecciones de Fenalco, la hora trabajada podría llegar a ser hasta un 6% más cara bajo este nuevo esquema, lo que supondrá un desafío importante para empresas, especialmente para las de menor tamaño o aquellas con operaciones nocturnas o en días festivos.
El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, explicó que el nuevo cálculo parte de un salario mínimo que para 2025 está fijado en $1.423.500, al cual se le agregan prestaciones sociales equivalentes a 50%. Esto sitúa el valor real del salario en aproximadamente $2.135.000. Bajo el nuevo régimen, el valor de la hora trabajada se calcula en $12.780 si se consideran dos horas nocturnas; sin este recargo, la hora tiene un valor de $7.518.
Para una jornada diurna estándar de ocho horas sin recargo nocturno, el costo diario es de $60.114. Si el turno incluye dos horas en horario nocturno, el costo se eleva a $70.668, dado que el recargo nocturno aplica ahora desde las 7:00 p.m. (antes era desde las 9:00 p.m.). La tendencia seguirá en alza, ya que a partir de 2026, con la jornada máxima de 42 horas, el valor de la hora trabajada alcanzará los $13.191, reflejando el progresivo impacto de la reducción horaria sobre la nómina empresarial.
Cabal advierte que el golpe será más fuerte para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme), menos preparadas para absorber el aumento en sus costos. A diferencia de las grandes compañías, que pueden asumir estos incrementos, muchas Mipymes deberán reorganizar turnos o reducir personal para afrontar la nueva realidad. “Impactará en mayor medida a las Mipyme que a las empresas grandes, que tal vez sí pueden asumir estos nuevos costos”, subrayó Cabal.
Pero el ajuste no solo se limita a las horas laboradas. La reforma incluye un aumento gradual en los recargos por trabajo nocturno, dominical y festivo.
El recargo nocturno, al iniciar más temprano, abarcará más tiempo y por tanto más trabajadores recibirán este pago extra. Por su parte, el recargo dominical y festivo, que ya subió a 80% el pasado fin de semana, incrementará a 90% en 2026 y llegará a 100% en 2027, lo que significa que se duplicará la tarifa habitual.
De acuerdo con las estimaciones, el aumento global en los costos de nómina podría ser del orden de 34% para ciertos sectores, dependiendo del número de turnos nocturnos y dominicales. Restaurantes, bares, hoteles, empresas de vigilancia, logística nocturna, así como panaderías, tiendas y cafeterías, verán incrementados sus gastos laborales, debiendo ajustar sus estrategias para mantenerse competitivos.
Cabal expresó su preocupación sobre los posibles efectos de estos incrementos: podría incentivarse la informalidad laboral y verse limitada la capacidad de generar nuevos empleos formales. “Los sectores que más empleo generan en Colombia serán los más afectados. Se estimulará la informalidad y se afectará la generación de empleo”, advirtió.
Desde otra óptica, Juliana Morad, directora del observatorio laboral de la Universidad Javeriana, considera que la reducción de la jornada máxima podría incentivar la entrada de jóvenes al mercado laboral, quienes buscan mayor flexibilidad y estabilidad.
Además, el pago extra por horas adicionales hace más atractivo el empleo formal para los nuevos trabajadores. Morad resalta que también el sector salud sentirá de forma significativa los efectos del ajuste, pero existe la posibilidad de mejorar la productividad si las horas efectivamente se destinan al trabajo.
“Los sectores que más empleo generan en Colombia serán los más afectados. También se estimulará la informalidad y se afectará la generación de empleo”.
“Se podría incentivar la incursión al mercado laboral de los jóvenes ante una mayor remuneración de las horas extra. Nuevas generaciones tienden a priorizar la flexibilidad”.
Más allá del impacto económico, la reforma ofrece la oportunidad de reorganizar el tiempo laboral y buscar un mejor balance entre la vida personal y profesional, especialmente valorado por las nuevas generaciones. Sin embargo, el principal reto será evitar que la reducción de horas derive en una menor creación de empleo o mayor informalidad, y que el país logre combinar bienestar para el trabajador con competitividad empresarial.
En conclusión, la reducción de la jornada a 44 horas semanales traerá consigo un aumento del costo de la nómina y nuevos retos para todos los sectores económicos.
El éxito de la medida dependerá de la capacidad de adaptación de las empresas, particularmente de las Mipymes y de quienes trabajan en horarios nocturnos o extendidos, en un contexto donde la formalidad laboral sigue siendo un objetivo prioritario para el país.
Editado y corregido por Mateo Medina, editor de Economía
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