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Quién iba a pensar que una botella como la del famoso Louix XIII, conocida como la “bebida de reyes” y proveniente de la exclusiva región de Cognac (Francia) se vería en los videos de famosos cantantes del género urbano como Wisin & Yandel o 50 Cent. Si bien en estos escenarios una bebida lujosa siempre está presente que se incluya brandy significa algo más: el nacimiento de una moda.
Un gran ejemplo de este hecho se evidencia en las campañas publicitarias de la casa de Rémy Martin, que utiliza como imagen de marca al exitoso cantante Robin Thicke.
Esta tendencia está haciendo que las diferentes comercializadoras de todo tipo de marcas del licor en el país se replanteen sus proyecciones de crecimiento. En términos generales las compañías estarían apostándole a incrementar 20% su participación en el mercado, superando así la aceptación que tradicionalmente han tenido y que les significa un bajo consumo de unas 1.244 cajas cada año.
En sí el cognac está dirigido a un consumidor que le gusta el prestigio y que por su perfil está entre los 35 y 50 años y pertenece los estratos 5 y 6. Debido a que el licor goza de un alto estatus su valor oscila entre $120.000 y $7.000.000.
Incluso en Francia, que es una región que tradicionalmente ha producido brandys de alta calidad, el cognac siempre será la bebida más representativa en la categoría de destilados de la uva, pues allí también cada año se incrementa más su consumo y su venta. Solo para Colombia este año se han importado 11.192 litros.
El cognac siempre enmarcará sofisticación y elegancia, ya sea entre la realeza o entre el lujo y la opulencia de famoso artistas. Sin embargo, esta categoría de licor cada día se rejuvenece y se acerca a más otros paladares, incluso algunos de estos brandys de poca guarda pueden ser bebidos mezclados con Ginger o en cocteles tan famosos como el sidecar.
La consistencia en el sabor, en el bouquet y en la apariencia que se espera de un cognac en cualquier parte del mundo no es fruto de la casualidad, nace de una cuidadosa mezcla de ‘aguardientes’ de características particulares procedentes de muchos barriles diferentes.
El resultado: un justo equilibrio entre el matiz delicado de tal aguardiente con la pureza de otro de más de veinte años y la vitalidad de un tercero.
El maestro bodeguero selecciona entre las inmensas reservas, todas procedentes de la Gran Champagne y de la Petite Champagne, los tipos necesarios de ‘aguardientes’ para realizar una unión armoniosa. Al final, solo un cognac obtiene la prestigiosa denominación de ‘Fine Champagne’, el que se elabora con estas dos mezclas en la justa medida.
La aplicación rigurosa de las reglas ancestrales comprobadas y el arte de los maestros bodegueros se traduce en una gama de productos nobles y auténticos. Aún en la actualidad y pese a sus transformaciones el cognac ha conservado su distintivo y personalidad sin abandonar sus tradiciones exigentes y conservando aquello que lo hace único: su carácter incomparable.
En los secretos está la excelencia de la bebida para reyes
Los cognacs son productos de muy alta calidad, resultado de un constante afán de perfección en cada etapa de su elaboración y respetando estrictamente las tradiciones: pequeños alambiques de cobre, destilación en pozos, barricas de roble francés de la región de Limousin de pequeño tamaño, envasados sin clavos ni cola y en bodegas de piedra y piso de tierra.