La atención de los asistentes a la Convención Bancaria solo se veía perturbada, a ratos, por el sonido que producía la caída de las copas para agua que se ubicaban en las mesas de los asistentes. Al parecer, varias personas, distraídas, que caminaban entre las filas para ubicarse en su lugar, al hacer un leve movimiento hacia atrás, generaban que las copas se fueran al suelo. Se contabilizaron más de una docena.
