Pocos hijos de presidentes de EE.UU. han tenido el poder que Ivanka Trump ostenta en la Casa Blanca. Por eso, no es de extrañar que durante los cinco primeros meses de la presidencia de su padre haya ejercido como primera dama. Frente a los desacuerdos con el Presidente, Ivanka le dijo a Financial Times que “expresar desacuerdo públicamente significaría que
no soy parte del equipo”.