Una variedad de colores y tamaños para disfrutar

No cabe duda lo atractivas que resultan las orquídeas para los amantes de las flores exóticas. Su fácil adaptación ha permitido que más personas se interesen por comenzar a cultivar todo tipo de especies.

La presidenta de la Asociación Bogotana de Orquideología, Esperanza Muñoz Tello, cuenta hace cuanto comenzó su pasión por las orquídeas y cómo hace para lucirlas siempre llamativas.

¿Desde cuándo pertenece a la Asociación de Orquideología?

Todo comenzó desde hace aproximadamente 12 años cuando ingresé a la Asociación Bogotana de Orquideología. Es un hobby maravilloso que me permite compartir con más gente, estudiamos y nos relacionamos todo alrededor de las orquídeas.

¿Cuántos hacen parte de la Asociación?

Somos cerca de 65 personas, desde un  niño de 11 años hastas las personas más adultas.

¿Cultiva flores en su casa?

Lo hago en mi casa del Huila. Por fortuna las orquídeas se dan en tres pisos térmicos, frío, medio cafetero y clima caliente y por eso aprovecho este último.

¿Cuántas especies tiene?

Tengo aproximadamente 2.000 plantas que son cuidadas lo mejor posible para  lograr buenos resultados.

¿Generalmente que hace con las flores?

Las admiro las disfruto y no las vendo.

¿Son las orquídeas un buen negocio?

Es una excelente vitrina que ofrece posibilidad de exportación de vender insumos. Es un negocio maravilloso.

¿Cuáles son las más apetecidas del mercado?

Para el común de la gente,  los híbridos y las phalaenopsis. En los supermercados hay muchas de ellas, son plantas extranjeras  que tienen muchas ventajas porque duran mucho. Inicialmente una planta puede salir un poco costosa pero cuando la tienes en casa puede durar de cuatro hasta ocho meses.

¿Qué se necesita para tener este tipo de plantas?

Hay que montar una infraestructura  como un vivero, saber cultivar,  hay que tener plantas muy buenas para poderlas reproducir y después vender.

¿Cuál fue la última orquídea que se descurbrió?

Se trata de la  Ida Lionetti, una especie que había sido descrita en 1899.  En julio vino al país el  fotógrafo americano Jay Pfhal, quienvisitó el jardín de su amigo Arturo Carrillo y encontró la flor. Le tomó fotos y las envío a expertos que confirmaron la  especie existente en Bogotá.