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La nutrición en los frutales caducifolios

martes, 12 de noviembre de 2013
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José Javier Rojas

En orden de importancia por área sembrada, las principales especies de caducifolios que cultivamos en el país son: durazno, ciruelo, manzano y pero, siendo los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Santander, Norte de Santander, Huila y Nariño en donde más se cultivan.

Estos frutales no son originarios del trópico, son una especie introducida en la época de la conquista, por lo cual su fisiología hace que después de que termina la cosecha pierden totalmente sus hojas quedando pelados, de ahí su nombre de frutales de hoja caduca. Una vez se caen las hojas los árboles entran en un estado de reposo que se conoce como dormacia o latencia profunda en la cual el árbol frena sus procesos fisiológicos. Para salir de este estado e iniciar la floración y rebrote de hojas necesita la acumulación de una determinada cantidad de horas frio según la especie y variedad, para lo cual en el trópico debemos aplicar de forma foliar productos químicos para acumularlas. Pasada la floración se inicia la foliación, el desarrollo del fruto y finalmente la cosecha, para iniciar nuevamente el ciclo, que depende de la especie: durazno de 9 a 12 meses, ciruela de 6 a 8 meses, manzana 6 a 8 meses y pera 12 meses.

La fertilización juega un papel muy importante, para iniciar de nuevo su actividad fisiológica y emitir nuevamente brotes foliares, ya que es una especie que pierde totalmente sus hojas durante una etapa puntual de su desarrollo, por ser una especie de características diferentes a las de origen tropical.

Para el período comprendido entre la floración y la formación del fruto, el 90%  de las necesidades nutricionales de la planta para estos procesos es provisto por las reservas acumuladas en raíces, tronco y ramas del ciclo anterior, de ahí la importancia de realizar un buen aporte de nutrientes al suelo y foliar antes de la senescencia de las hojas a base de fósforo, potasio y boro especialmente. Para que se realice una buena acumulación de nutrientes en las estructuras, que le permitan al árbol una buena floración y formación de frutos.

Desde la formación del fruto hasta cosecha la planta absorbe el 87 % de los nutrientes, por eso una vez se forma el fruto se debe hacer la fertilización al suelo en el área del plateo, con base en los resultados  de los análisis de suelo  y foliares que se deben realizar periódicamente en este cultivo. Es bien importante realizar un buen aporte de materia orgánica bien descompuesta, con una buena fertilización química la cual se basa en un aporte de nitrógeno, fósforo y potasio en relación de 3-1-3 respectivamente, con un buen aporte de los elementos secundarios calcio, magnesio y azufre  y de elementos menores como boro, manganeso, zinc, cobre y molibdeno para obtener un buen desarrollo de plantas y muy buena cosecha en cantidad y calidad de frutos.

La fertilización foliar es muy importante en cada una de las etapas del cultivo, se deben realizar aplicaciones terminada la cosecha con fertilizantes a base de fósforo, potasio y boro que permitan que la planta acumule estos nutrientes en sus estructuras de reserva y logremos una buena floración y formación de fruto. En inicio de floración, plena floración y formación de fruto se debe aplicar fertilizantes que contengan fósforo, boro y hormonas como el acido alfanaftalenacetico (ANA). El  calcio  y el boro son  elementos que se deben aplicar por  vía foliar,  por su dinámica en la planta desde  fruto pequeño hasta antes de cosecha, para que se vayan acumulando en las paredes celulares durante todo su desarrollo, y cosechemos frutos de muy buena consistencia para una fácil manipulación y una buena duración después de cosechados. En la etapa del crecimiento de los  frutos  y engruese es importante aplicar fertilizantes con Bioestimulantes  y potasio.

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