El tratado no es el único mecanismo para lograr transformaciones

Sin duda el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos se ha configurado durante su primer año de vigencia en una poderosa herramienta para la inversión, el crecimiento de bienes y servicios y la generación de prosperidad y empleo, sin embargo, este tipo de acuerdos no producen resultados instantáneos.

“Los TLC aumentan el comercio y la inversión, pero no son inmunes a las crisis globales. Además, hay que ser pacientes, pues sus principales efectos son de mediano y largo plazo”, señaló Sergio Díaz-Granados, ministro de comercio, industria y turismo, durante la presentación del balance del primer año.

Por su parte, Mauricio Reina, investigador asociado de Fedesarrollo, fue contundente al decir que el TLC no es el único ingrediente para generar transformación: “no podemos seguir confiando en la trampa de los hidrocarburos y productos energéticos. Tenemos un inmenso rezago exportador”.

En palabras de Reina, la economía colombiana sigue siendo muy cerrada, hay protección arancelaria, física (cordilleras y relieve), y un bloqueo mental.

“Los empresarios que tuvieron éxito y que lograron llegar al mercado de Estados Unidos con sus innovadores productos han demostrado que las oportunidades están ahí, pero hay temores y hace falta iniciativa y trabajo”, agregó.

De las 775 nuevas empresas exportadoras, 81 pertenecen al sector agroindustrial, 591 al de manufacturas y 92 al de prendas. Y, en ese mismo orden, de los productos nuevos que están llegando al mercado estadounidense, 33 pertenecen al primer sector, 131 al segundo y 23 al tercero.

Claudia Candela, directora de la Oficina Comercial de Colombia en Washington, dio a conocer que el TLC con EE.UU se está aprovechando de manera adecuada, teniendo en cuenta el contexto económico en el que se puso en marcha, y que el Gobierno tiene una serie de mecanismos a disposición de los empresarios y una agenda de política comercial ambiciosa que necesita del compromiso del sector privado.