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El cambio estructural va de la mano de los nombramientos

martes, 30 de septiembre de 2014
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Merian Araujo

Los llamados se escucharon y en septiembre de 2011, el entonces ministro Carlos Rodado  hizo un pronunciamiento clave en el II Foro Internacional Minero, en Medellín: que como parte de la reforma institucional al Ministerio, tenía previsto separar los viceministerios de Minas y Energía. Eso vendría con la división del Ingeominas, que pasaría a ser la Agencia Nacional de Minería y el Servicio Geológico Colombiano. También se crearían las direcciones de Minería Empresarial y la de Formalización. 

Todo ese revolcón que buscaba que Colombia dejara de ser un país con potencial en los recursos y se convirtiera en una locomotora productora, se consolidó en 2012, así que ya van dos años desde que el Gobierno reformó esta institución.  Sin embargo, parece que los esfuerzos no han dado el resultado esperado. Basta con mirar lo que ha pasado con el carbón y el petróleo en los dos últimos años: el primero tuvo tres recortes a la meta de producción en 2013, y terminó en 84,5 millones de toneladas el año pasado, por debajo de la meta inicial de 97 millones de toneladas. El segundo, a su vez, logró llegar desde finales de 2012 al anhelado millón de barriles diarios, pero en 2014 ha sido una tarea más que difícil por los constantes atentados a la infraestructura. 

Sí, hay que reconocer que son temas que no solo competen a este Ministerio, pero si tienes una industria que deja al año más de $32 billones entre impuestos y regalías, y representa más de 60% de las exportaciones, no hay excusas para no dar hasta el último esfuerzo en protegerla ¿Qué es lo que ha pasado entonces desde el Gobierno? 

Sin la intención de menospreciar el trabajo hecho por los cuatro ministros que han pasado por la Cartera desde 2011, se podría decir que la locomotora aún no ha tenido a maquinistas que le den un mejor rumbo. Ahora que el ministro Tomás González está al frente del sector, adelanta un nuevo revolcón en materia de nombramientos en los dos viceministerios, la ANM, la Creg y, muy posiblemente, en la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). En sus palabras, estas personas “ayudarán a darle alcance a la reforma de 2012” y que se consolide la institucionalidad que el Gobierno proyectó en ese entonces. Esperemos que así sea, pues los cambios que requiere el sector van más allá de quitar de aquí y poner en otro cargo a un funcionario. Se requiere de “ferocidad” para defender la gestión y sacar adelante las tareas pertinentes, como decía el exministro Juan Camilo Restrepo refiriéndose al papel del ministro de Hacienda.  Sería bueno aplicar el mismo perfil a los funcionarios de este sector.

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