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Debate por las semillas transgénicas

miércoles, 10 de octubre de 2012
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A raíz del estudio realizado por el biólogo francés Gilles-Eric Séralini, de la Universidad de Caen, en el se conoció que unas ratas de laboratorio que fueron expuestas a semillas de maíz transgénico y a una serie de fertilizantes desarrollaron tumores y daños múltiples en sus órganos, se abrió un debate sobre el posible impacto negativo de estos productos para el ser humano.

Según las conclusiones, las ratas que fueron alimentadas con el maíz transgénico NK603, de la multinacional Monsanto y  tratados con el herbicida Rondup, presentaban una mortalidad netamente superior que la población de referencia y muchos más tumores.

En este sentido, a pesar de que la misma investigación ha recibido un gran número de críticas de los expertos en el sector, los cuales se muestran altamente escépticos sobre el hallazgo y los métodos que se han utilizado para su desarrollo, el eco que supone este hecho ha producido fuertes reacciones como la del gobierno de Francia, quien avisó de que tomará “medidas urgentes”  frente a la utilización de este tipo de productos.

Medidas entre las que se podría incluir la suspensión temporal de la autorización de importación en la Unión Europea del maíz transgénico NK 603.

Igualmente, el gobierno francés pedirá a la UE que adopte “todas las medidas necesarias en materia de protección la salud humana y animal. “Esta investigación pone de relieve la falta de estudios concluyentes sobre la toxicidad de estos alimentos”, indicaron los ministros de sanidad, medio ambiente y Agricultura de Francia .

Pero este asunto no es nuevo. Ya en 2009, justo antes de que Séralini comenzara su investigación, él mismo advirtió del peligro en el que incurre el ser humano al ingerir estos alimentos. “El problema con los transgénicos es que el salto que se ha dado del laboratorio al supermercado se ha hecho sin los plazos ni las pruebas adecuadas”, afirmó en su momento el biólogo.

Carlos Martín Restrepo, profesor de la escuela de medicina y ciencias de la salud de la Universidad del Rosario, explicó que en este caso “se requiere replicar los estudios. Que otros investigadores independientes realicen los mismos análisis y obtengan resultados que los confirmen o desvirtúen. Al parecer los estudios preliminares, que no señalaron a los alimentos modificados como carcinógenos, fueron realizados durante períodos más cortos de investigación”.

Por otro lado, en cuanto a la pregunta de si estos productos se pueden considerar peligrosos, Restrepo agregó que “los alimentos transgénicos son una esperanza para una humanidad hambrienta y que demanda cada vez más recursos del planeta. Se deberá seguir aprendiendo a mejorar la calidad de los recursos y se deben hacer estudios serios, independientes y controlados que muestren los beneficios y también los riesgos, si los hubiere, de los alimentos transgénicos”, concluyó.

Unión Europea desmintió los riesgos del consumo

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria aseguró poco después de conocerse los resultados que el maíz transgénico no es peligroso para la salud humana, al tiempo que presentó hasta 10 errores en los métodos utilizados en el estudio.

En este sentido, Carlos Martín Restrepo consideró que “no se debe escatimar recursos para identificar los beneficios y los riesgos de las sustancias que nos rodean y de las cuales tomamos provecho. Eso no solo incluye a los alimentos transgénicos, sino también el hábito de fumar por ejemplo, que quizá es el mayor carcinógeno al cual estamos expuestos y para el cual toleramos su amplia venta y difusión”.

La opinión

Carlos Martín Restrepo

Profesor de la unidad de genética, U. del Rosario

“Los productos transgénicos son organismos que han sido modificados, es decir, que se les ha insertado un gen de otro organismo”.

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