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Analistas 16/12/2022

Supremacía de la política

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

La preeminencia de la política frente a la economía es la realidad en la que vivimos.

La sociedad civil y en particular la mayoría de los empresarios, inversionistas y potenciales emprendedores, están teniendo desconfianza para actuar, para generar nuevos empleos, para invertir. La situación mundial, la aversión al riesgo, la desbordada inflación, la devaluación de nuestra moneda, el desmedido costo de financiamiento, aunado a anuncios gubernamentales, algunos incoherentes, que se puedan volver medidas, generan más incertidumbre. Hoy más que nunca, las instituciones están expectantes de cada decisión del gobierno, así como de la constitucionalidad de las mismas, entre otros aspectos.

Es el caso del anuncio de la figura de “gestores de paz”, para designar así a los jóvenes procesados de la llamada “primera línea”. Con tal pretexto, el ejecutivo estaría rompiendo la independencia de los poderes, porque por encima del judicial, impondría su voluntad. La polémica se agudiza, por cuanto además de excarcelar a individuos señalados por delitos como homicidio, secuestro, tortura y vandalismo, éstos puedan recibir pago del Estado a cambio de su labor.

La injerencia del ejecutivo en todo tipo de temas, incluso afectando lo local, también genera polémica y desazón. La vieja bandera de Petro del metro subterráneo para Bogotá, ya como presidente lo menciona con argumentos, para que se rediseñe la línea que está contratada y en ejecución, es inoportuno y un despropósito económico y de cronograma. En el entretanto, la capital está colapsada por su movilidad.

Como si fuera poco, más declaraciones y decisiones de carácter político, generan impacto sobre las economías regionales y locales. Los solos anuncios afectan la tranquilidad ciudadana. Veamos el caso del reciente planteamiento de la administración distrital del corredor verde en la Avenida Carrera Séptima de Bogotá, que ha generado voces de rechazo y de fuerte intranquilidad en las zonas afectadas. El deseo de corredor ambiental con gran arbolada y buses eléctricos suena romántico.

El corredor de la Carrera Séptima es el eje de transporte para el centro expandido de Bogotá, lo que significa viajes de trabajo y estudio (de larga distancia) y otros motivos (de corta distancia), durante todo el día, en los diferentes modos de transporte. Debe ser entonces un corredor vial que responda a todas las necesidades de movilidad, priorizando los modos más sostenibles.

El diseño presentado por la Alcaldía parece respetar el espacio público, pero interviene una zona de ciudad ya consolidada, que requiere mejor movilidad y que la conecte en ambos sentidos cardinales. Es posible que el área de influencia no pueda recibir la demanda de viajes que se estaría desplazando de esta vía, especialmente considerada la capacidad vial que ya se tenía planteada durante la construcción y puesta en marcha de la primera línea del metro en el corredor vecino y paralelo de la avenida Caracas.

Las campañas y pretextos políticos no pueden afectar el planeamiento de largo plazo que requiere en materias económica y social el territorio nacional y en particular las grandes aglomeraciones.

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