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Analistas 08/09/2017

Migración a Colombia

Sergio Mutis Caballero
Presidente Grupo Valor

No obstante Venezuela posee gran riqueza económica por ser el país con más reservas petroleras probadas del mundo, entre otras razones, tiene su aparato productivo marchito y a su pueblo pasando hambre. El colapso económico no tiene precedentes en la historia contemporánea.

Es actualmente el país más endeudado del mundo, si se mide el endeudamiento público externo como proporción de su PIB. La economía en Venezuela viene en los últimos años en grave recesión, el PIB cayó en 2016 en cifra superior a 10%. Las Reservas del Banco Central han caído a 10% en la última década. Cada 17 días se duplican los precios de bienes y servicios producto de la actual hiperinflación.

La crisis es tan grande, que crece de manera exponencial la población en pobreza, tanto que aumentó de 48% en 2014 a 82% en 2016. La problemática de la salud pública es descomunal y la proveeduría de medicamentos es catastrófica. Cifras contundentes provenientes de información dada por instituciones multilaterales, algunas de ellas refrendadas por investigadores como Ricardo Hausmann de la Universidad de Harvard, y por testimonios de centenares de miles de venezolanos.

No obstante la crisis económica del país vecino, el sector inmobiliario y de la construcción continúa inyectando su economía en este período, pero con actores distintos. Las empresas tradicionales de construcción, junto con las de los sectores petrolero, agroindustrial, de manufactura, de alimentos y hotelero, han tenido mayor cierre de sus operaciones.

Quienes deciden dejar esa nación, aventurándose a iniciar una nueva vida en otro país, crecen en número. Mayoritariamente su destino inicial fue Estados Unidos, Panamá y España, ahora han llegado de forma masiva a Chile, Perú y Colombia; sin embargo, las posibilidades de atención a inmigrantes, algunos de ellos indocumentados, en estos países tienen límites.

Colombia no estaba preparada para recibir esta migración masiva, que incluye a colombianos que regresan. Si bien el Gobierno y algunas regiones han puesto en marcha planes de acción, no se cuenta con la infraestructura suficiente para atender a esta población. Tenemos una deuda con los venezolanos, quienes acogieron a nuestros migrantes en el pasado, pero no contamos con la robustez institucional, ni con la solvencia para atenderlos como quisiéramos.

De otra parte, empresarios migrantes y compañías venezolanas han contribuido con el desarrollo de nuestra economía, trayendo al país sus emprendimientos y las inversiones que los apalancan. Farmatodo, Tugó, Coltefinanciera, Proseín, Locatel y Delcop que compró la operación de Xerox en Colombia, son ejemplos de ello.

En cuanto a la clase trabajadora venezolana inmigrante, Bogotá, como región de mayor crecimiento económico del país; Medellín, ciudad industrial; la Costa Caribe región de gran auge empresarial y comercial; y Santander, por su vecindad, son fuentes de trabajo, situación que si bien ha generado informalidad laboral, también ha permitido un intercambio intelectual interesante, incluyendo mano de obra calificada y con experiencia, como el caso de altos ejecutivos y técnicos de empresas como Pdvsa, que se vincularon al sector minero energético colombiano.

En fin, hoy, los migrantes de Venezuela, ven con razón a Colombia como una tierra llena de oportunidades. Ésta, corresponde a la migración más grande de la historia hacia nuestro país.

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