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El martes los americanos definen entre la candidata demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, quién será el presidente del país más influyente del mundo y la nación de mayor importancia comercial para gran parte de países del hemisferio, incluida Colombia. Las propuestas de los dos candidatos son opuestas en materia de inmigración, seguridad y relaciones internacionales.
Las posturas retrógradas de Trump, han despertado cierto nacionalismo entre algunos norteamericanos, lo que ha equilibrado la balanza entre los potenciales electores.
Un salario mínimo de US$15 por hora; el aumento de impuestos a quienes reciban más de US$250.000 anuales, con destino a obtener mayores recursos para mejorar el programa de seguridad social; así como la no persecución a las familias inmigrantes, son algunas de las propuestas de Clinton.
En ese contexto, valorar el aporte de los inmigrantes a la economía americana y a la realidad de ese país, es parte del programa demócrata, que rechaza la propuesta de Trump de construir un muro en la frontera para aislar a los mexicanos. Clinton se compromete además a continuar con la apertura con Cuba; a terminar el embargo y la prohibición a los estadounidenses de viajar a la isla; así como defender a los venezolanos, propendiendo porque en ese país se garantice el respeto por los derechos humanos y exista democracia.
Por su parte, el candidato republicano propone expulsar a los 11 millones de inmigrantes ilegales, en su mayoría latinoamericanos; confiscar los pagos de remesas enviados por indocumentados a su país de origen, a solo Colombia le llegan en promedio anual US $ 2.000 millones por este concepto; incrementar las tarifas de visados temporales a los ejecutivos y diplomáticos, desconociendo tratados internacionales.
Trump asegura que controlará con vehemencia el acuerdo firmado por Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y Alemania, con Irán, para garantizar que Teherán jamás pueda construir una bomba atómica, a cambio de la flexibilización progresiva y condicional de las sanciones económicas internacionales. Ha rechazado acuerdos suscritos con vecinos y con países de América Latina. Su visión de las relaciones internacionales genera mucha inquietud en el contexto de la concordia y la paz mundial.
La relación de los Clinton con Colombia ha sido de amistad, la que se ha traducido en entendimiento institucional, como sucedió hace dos décadas cuando bajo el mandado del Presidente Bill Clinton, EE.UU. aprobó el Plan Colombia, iniciativa que ha generado inversiones y apoyo americano por más de US$10.000 millones.
Hillary Clinton como Secretaria de Estado del presidente Obama, participó del Tratado de Libre Comercio con Colombia firmado en 2010 y en temas de cooperación entre los dos países. El pensamiento de Trump en contra de los inmigrantes y de los países como el nuestro, genera incertidumbre en materia económica y de comercio exterior.
No obstante las marcadas diferencias, considero que por la institucionalidad americana y los intereses de grandes conglomerados económicos de Estados Unidos, la relación con nuestro país no tendrá grandes cambios, sea quien fuere el próximo presidente, quien generalmente no toma decisiones que afecten los intereses ya preestablecidos y menos con países como el nuestro, los que a los ojos del Gobierno americano, no juegan un papel preponderante en el escenario económico internacional.