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Analistas 29/07/2013

En términos de producción y comercio, después de todo es un mundo chico

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Desde hace mucho he estado obsesionado con el argumento -que se escucha todo el tiempo- que presenta los viajes y el comercio a larga distancia, y cosas así como algo nuevo. Ya sabe: en los tiempos en que la gente vivía en el mismo lugar toda la vida y sólo hacía negocios son sus vecinos inmediatos, cada población era autosuficiente, pero ahora estamos en un mundo de globalización global “globalunática” y todo eso.

Obviamente, si nos remontamos lo suficiente, esa caricatura es cierta. Pero desde la llegada de los motores a vapor y los telégrafos, ha habido mucha migración y comercio internacional.
 
El valor del comercio de manufacturas se ha incrementado tremendamente recientemente, vinculado a la desintegración vertical de la producción, pero, aparte de eso, ¿hasta qué grado el mundo realmente se está achicando, o haciendo más plano, o lo que sea?
 
Bueno, hay una tendencia que conocemos que va completamente en contra de la percepción normal: dentro de Estados Unidos, al menos, la gente se está moviendo menos, mucho menos. En una investigación conducida este año para el Banco de la Reserva Federal de Minneapolis, los economistas Greg Kaplan y Sam Schulhofer Wohl escribieron que la movilidad interestatal se ha reducido a la mitad durante los últimos 20 años. E interesantemente, sugieren que esto se debe en parte a que las regiones se han vuelto más similares: cada vez más, distintas partes del país están produciendo las mismas cosas y empleando el mismo tipo de gente, por lo que hay menos motivo para mudarse.
 
Esta historia de hecho coincide con lo que dice la nueva literatura de geografía económica: que la especialización regional alcanzó el clímax hace casi un siglo y desde entonces ha estado disminuyendo. Alguna vez el acero vino de Pittsburgh, la carne de cerdo de Chicago, los lápices de Pensilvania, los abrigos de Dakota del Norte. En estos días, todos somos ratas de oficinas que hacemos lo que sea que hacemos.
 
Pero esta es mi pregunta: si todos estamos haciendo lo mismo cada vez con más frecuencia, ¿no deberíamos estar comerciando menos entre nosotros? Ahora, sabemos que el comercio internacional ha estado creciendo rápidamente. ¿Pero se puede decir lo mismo del comercio interregional dentro de Estados Unidos?
 
Bueno, nadie está recabando ese tipo de información. Sin embargo, está el Sondeo de Flujo de Productos Primarios, que mide el envío total nacional de cosas en general. ¿Qué nos dice? Los datos muestran una leve caída con el tiempo en la proporción de envíos / producto interno bruto.
 
Entonces, el mundo es plano, pero Estados Unidos no. O, de hecho, es plano; más y más, este país es igual, lo que da a la gente menos motivos para mudarse e incluso menos motivos para enviar cosas. Y el crecimiento del comercio internacional en productos manufacturados tal vez necesite verse como algo más especial y menos genérico de lo que muchas veces imaginamos. No es que haya cierta fuerza inexorable que lleve a que se traqueteen cosas por todo el mundo; es que la combinación de “contenedorización” y liberalización comercial ha hecho posible romper la cadena de valor para sacar ventaja de las diferencias internacionales de salarios.
 

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