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Analistas 22/04/2023

La innovación genera impacto

P. Harold Castilla Devoz
Rector General de Uniminuto

En muchos lugares del mundo actualmente la dimensión innovadora del conocimiento está teniendo problemas. Se dice que, a pesar de los innumerables esfuerzos de inversión realizados, de la implementación de políticas públicas orientadas a esta materia, de Instituciones de Educación Superior (IES) que desarrollan centros de ciencia, tecnología e innovación y del sector privado que interviene en búsqueda de soluciones a las necesidades y dinámicas económica, para contribuir así, a que los porcentajes de empleabilidad no sigan retrocediendo como ha venido sucediendo en los últimos años.

Entre las posibles causas está la creación de valor que no siempre se convierte en un ejercicio de aprendizaje activo de la comunidad académica integrada entre las diferentes partes mencionadas para “activar” o generar el valor que la innovación debe concretar en esta perspectiva de desarrollo, productividad y competitividad. Según el Índice Global de Competitividad (IGC) del Foro Económico Mundial -que mide la capacidad que tiene un país de generar oportunidades de desarrollo económico a los ciudadanos-, nuestro país ocupa el puesto 57 entre 141 economías (2022), siendo la segunda posición más baja desde que se tiene registro. He aquí la razón del porque la innovación es tan importante para desarrollar en las IES y los demás sectores que hacen posible que la productividad y el crecimiento económico se puedan dar. Si la creación de valor no la tiene en cuenta cada una de estas partes, es probable que las empresas no consigan crear sistemáticamente innovaciones que realmente cuenten.

Se requiere encontrar una solución estructural a este problema. Dicha solución está en que el método debe centrarse en elaborar y comprometerse con propósitos de valor frente a cada una de las necesidades que existen y en ejercicio de este, desde la idea que surge, pasando por el diseño y concretando en prototipos, que luego sean escalados en mayor proporción y, así, desarrollar y ejecutar la solución. En este sentido, se ha venido desarrollando el concepto de Producto Mínimo Viable (MVP, por sus siglas en inglés) de la metodología Lean Startup. Las necesidades son la clave para poder encontrar este camino como cadena de valor a la hora de concretar una innovación. La ofrenda de conocimiento responde a una necesidad, a lo que la comunidad requiere y espera que se le ayude. Este es el verdadero impacto social del que tanto se habla en la teoría académica.

La creación de valor será siempre un ejercicio de aprendizaje activo. No basta solamente que la inspiración llegue a la hora de crear un producto o un servicio innovador. Es necesario seguir un conjunto de prácticas que provienen de las ciencias de la educación, que se prueban y ayudan a encontrar las ideas y a trabajarlas de modo rápido. El aprendizaje activo está fundado en la participación y prácticas estructuradas que pasan por la repetición constante o la iteración como elementos esenciales, también por cuadros de referencias que ayudan a tomar las decisiones y, por último, por un trabajo en equipo y comparativo que permite un buen diagnóstico, y trazan el camino al logro de la innovación con impacto.

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