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Analistas 30/07/2020

En crisis, a pensar diferente

Luis Pérez Gutiérrez
Exgobernador de Antioquia
Analista LR

Es imposible resolver una crisis desde la misma mente que la creó, decía Albert Einstein. El pensamiento divergente es imprescindible para salir de las tormentas y avanzar. El actuar divergente lleva a soluciones inesperadas que parecían imposibles o irreales. El pensamiento diferente trae luces donde todo era oscuridad. Sí el gobernante no actúa diferente en las tragedias, se convertirá en esclavo de sus propios miedos y es candidato seguro a ser fracasado. Pensar diferente es cuestionar, mirar lejos, rebujar entre las oportunidades. La libertad de pensar diferente es una bendición que permite avanzar más rápido.

Muchos gobernantes y ciudadanos reclaman volver a la normalidad. Es un error, en las crisis la meta es crear nuevas normalidades. A quien le emociona el éxito, piensa diferente. La creatividad y la innovación nacen de pensar diferente.

Mucha gente dice que el mundo está al revés por la pandemia. Mal criterio, hay que pensar diferente, para pensar en lo mismo sobra gente; para pensar diferente hay escasez. Hay mucha gente inteligente, pero muy poca para pensar divergente.

El mundo no está al revés; así sea por poco tiempo, el mundo está temporalmente al derecho, pidiendo y obligando repensar el futuro. Y a salir de un pasado lleno de errores y de injusticia con la gente, con el medio ambiente, con la salud y con la educación. Cuando uno va en una multitud no se ve más allá de la multitud; hay que pensar, hay que mirar, por fuera de las multitudes. A los que piensan diferente los señalan, los discriminan o los hacen quedar en ridículo. Vergüenza deben sentir quienes en las crisis siguen pensando igual, en lo mismo de siempre.

La mayoría de los inventos, los grandes momentos de lucidez de la humanidad, han resultado de una respuesta a problemas que parecían imposibles de resolver.

Los grandes cambios de la historia de la humanidad han llegado casi siempre, sin pedir permiso a nadie; muchas veces, sin siquiera anunciarse. Las crisis son curvas muy especiales en la historia de una sociedad: a la vuelta de cada crisis algo bello se esconde. Las crisis, por dolorosas que sean, son momentos privilegiados para observar con más nitidez aquello que la cotidianidad y la rutina impiden ver: Una crisis actúa como el líquido revelador de las fotografías antiguas. Permite que se vayan dibujando con mayor claridad problemas y causas que permanecían atrincheradas en la oscuridad de la rutina.

En crisis, el mundo parece un carnaval de incertidumbres. La incertidumbre es la prueba de fuego para un dirigente y para la gente; por eso hay que tener a la mano el pensamiento divergente. Se dice que un líder es aquel, que mientras es arrojado al abismo, en la caída construye un aeroplano.

El himno de la humanidad debería exaltar lo bello de las crisis. Todos deberíamos al unísono cantar: La crisis renuevan el optimismo; las crisis traen nuevos estilos de vida que antes parecían fantasía.

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