Vivir sabroso y Plan de Desarrollo

Los primeros párrafos de las Bases del Plan nacional de desarrollo (PND) son el meollo de su contenido. Las políticas públicas que el Gobierno propone se basan en los fundamentos esgrimidos: la democracia, la libertad y la justicia.

Muchos autores se refieren a estos conceptos. El PND ha tomado el acercamiento integral elaborado por Amartya Sen, premio nobel de economía en 1998. La historia sobre la importancia en la vida de los individuos y de la sociedad sobre estos criterios de comportamiento se puede remontar al trabajo de filósofos, politólogos y economistas desde siglos y años anteriores. La articulación en la obra de Sen es iluminadora para dar una visión comprehensiva de lo que busca el PND.

Sen afirma que el acontecimiento más importante en el siglo XX es el fortalecimiento de la democracia como sistema de gobierno. La democracia supone el derecho de votar, de protestar, de oír y ser oído. El PND señala que los diálogos regionales vinculantes es una forma de responder a las necesidades de los ciudadanos y de implementar las políticas públicas como respuesta gubernamental. Así se comprende que la democracia no es una acción mecánica que supone votar y acogerse a las reglas de la mayoría, sino que es una dinámica que exige el respeto por la libertad y las instituciones. Así, la democracia tiene una función constructiva en ambientes heterogéneos como son las regiones en Colombia.

En la diversidad de acercamientos culturales, de ingreso monetario, y de necesidades que tiene el país aparece el concepto de libertad. Un punto de partida es entender la libertad como el fin principal del desarrollo y que no está limitada al derecho de escoger entre alternativas. Las personas pueden tener muchas restricciones para poder elegir. La pobreza es una de ellas. La falta de educación es otra. Las dificultades para acceder a un programa de salud, es otra. Y la lista no se acaba en estas limitaciones. Cuando esto ocurre no se puede hablar de libertad porque está constreñida. La solicitud de los ciudadanos en una sociedad democrática y la respuesta gubernamental se orientan a cubrir las restricciones que impiden obrar con libertad. Las personas deben tener la capacidad para elegir. La expresión “capacidad” es utilizada por Sen para señalar que en la sociedad las personas libres deben tener la capacidad para elegir.

Las capacidades son posibles en un mundo justo. La posibilidad de la justicia tiene muchas opiniones que pueden ser divergentes. Si las capacidades son la base de la libertad, la acción de la justicia es procurar su efectiva realización. No todos los ciudadanos requieren las mismas capacidades, sin embargo, la sociedad debe buscar que todos puedan ejercer la libertad en una sociedad democrática. Se puede afirmar que la preocupación de los gobiernos debería ser encontrar los mínimos de justicia, o la justicia básica para que los ciudadanos puedan convivir en libertad y paz.

El PND que tiene el título de Colombia, potencia mundial de la vida, tiene como fundamento los criterios de libertad, justicia y democracia. La forma en que está construido contiene cinco transformaciones articuladas, no presentadas como compartimentos estancos: 1. Ordenamiento del territorio alrededor del agua y justicia ambiental. 2. Seguridad humana y justicia social. 3. Derecho humano a la alimentación. 4. Internacionalización, transformación productiva para la vida y acción climática. 5. Convergencia regional. Cada una de las transformaciones, tiene catalizadores, en el lenguaje del PND, que son las políticas institucionales que conducen a su logro.

Fortalecer, en algunas circunstancias, y crear, en otras, el ambiente que permita a los ciudadanos tener las capacidades para el desarrollo personal y social, es el enfoque de cada una de las transformaciones y catalizadores. Es novedoso tener el ordenamiento territorial alrededor del agua como el eje articulador del Plan. Allí se encuentra la reforma rural, el censo multipropósito, la lucha contra la desigualdad y el ordenamiento de las instituciones que crean las condiciones para la paz total.

La seguridad humana como garante de las oportunidades de desarrollo es el centro de la segunda transformación. Junto con la defensa y la justicia, la generación de capacidades supone reducir la pobreza, ampliar la cobertura y la calidad de la educación desde la primera infancia hasta la educación superior, ofrecer servicios de salud para toda la población, construir acueductos, atender a los adultos mayores, respetar los derechos culturales, ofrecer transporte adecuado, generar empleos de calidad y luchar contra el crimen.

El derecho humano a la alimentación, tercera transformación, supone la participación técnica e institucional en lograr un sector rural productivo. La cuarta transformación, que se refiere a la internacionalización, destaca el sentido mundial de los ecosistemas que conducen al respeto por la naturaleza y los aportes para la reindustrialización. La convergencia regional, la quinta transformación, plantea políticas de reducción de las brechas sociales y económicas entre los hogares y las regiones y crea las condiciones para lograr vínculos eficientes entre el estado y la ciudadanía.

Señala el Plan, que el ambiente generado para que los ciudadanos tengan las capacidades para ser libres, en una sociedad justa y democrática es lo que la Vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, ha dicho en muchas ocasiones: vivir sabroso.