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Analistas 30/08/2023

¿Dónde está el Presidente?

Hace más de 20 años los estudiantes de la Universidad Nacional fijaron un grandioso pendón sobre el puente de la carrera 30 preguntándose dónde estaba el presidente del momento, el doctor Andrés Pastrana.

Estábamos en medio de una crisis financiera y los diálogos del Caguán se habían empantanado. El país se estaba descuadernando y la pregunta de los estudiantes, metafórica porque Pastrana a pesar de sus muchos defectos siempre estaba ahí, apuntaba a requerir la presencia del gobierno para que atendiera la situación.

Ahora la cosa es un poco más complicada. La pregunta que nos estamos haciendo los colombianos no es abstracta sino material: ¿dónde carajos está el presidente?

Porque físicamente hablando Petro ha incumplido 82 eventos agendados -a los cuales se les debe sumar la plantada la semana pasada a la Andi y al Consejo Gremial- según un excelente informe publicado en La Silla Vacía. Este, además, concluye que las ausencias se han venido incrementando con el tiempo, que los más afectados con las cancelaciones son las organizaciones sociales y que estas tienen como pico, llamativamente, los tres últimos días de la semana.

Si el presidente fuera un funcionario común y corriente hace rato que le hubieran decretado el abandono del cargo.

La respuesta que Petro dio a la revista Cambio cuando le requirieron sobre el tema es iluminadora por su insuficiencia: tengo mucho trabajo, estoy cansado y necesito pensar fue, básicamente, la contestación. Al igual, podría decir uno, que todos los antecesores de Petro, que también tenían mucho trabajo, estaban cansados y tenían que pensar, pero, aun así, cumplían las citas que ellos mismos habían programado.

El elefante en la habitación parece ser eso que los allegados al presidente llaman “asuntos de libertades individuales”, que, según el exembajador en Venezuela, “son peores que los de uno”. Intentar relativizar el asunto con eufemismos no ayuda a resolver la situación. Los colombianos tenemos derecho a saber qué tan grande es el problema de “libertades individuales” del presidente.

De igual manera tenemos derecho a saber cuál es su estado real de salud. Los rumores sobre la estabilidad mental y física del primer mandatario abundan y las cancelaciones de agenda podrían ser una confirmación de estos. Petro le dijo a Cambio que está como un lulo y que todo el ruido no es más que una persecución porque el suyo es un “gobierno de izquierda”. Esta es una apreciación ridícula. La salud presidencial es un asunto de Estado que no está sujeta a las reservas normales que sobre este tipo de cosas existen para la población en general.

Hace bien la oposición en exigir que el primer mandatario le presente a los colombianos un parte detallado sobre su estado médico. Y que nos explique claramente hasta dónde ha llegado ese tema de las “libertades individuales”. Si no lo hace, por muchos eufemismos y excusas chimbas que puedan confeccionar, persistirán las dudas y esta ausencia de explicaciones lo único que hará es confirmar lo que muchos temen: que el presidente no está en capacidad para seguir desempeñando el cargo.

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