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Analistas 25/04/2023

Sobre la visita a Washington

Luis Fernando Vargas-Alzate
Profesor titular de la Universidad Eafit
LUIS-FERNANDO-VARGAS

Luego de la visita de la delegación colombiana encabezada por el presidente Petro a Estados Unidos, resulta inevitable referirse a algunos de los aspectos que se hicieron visibles en la reunión sostenida entre los mandatarios de ambos Estados. Aunque un tanto tardía, la realidad es que la conversación vis-à-vis entre Gustavo Petro y Joseph Biden estaba contemplada desde hace semanas, en tanto la relación entre Washington y Bogotá es la única -a nivel de América Latina- que resiste los embates de la política interna, no solo en Colombia sino también en Estados Unidos.

Para todo quien se interese en las relaciones internacionales del país, el encuentro entre Biden y Petro era cuestión de tiempo. Tal como se ha constatado a lo largo de los años, y como se ha ratificado por diversos académicos estudiosos del tema, desde mediados del siglo pasado la única política exterior de Estado con que cuenta Colombia es su relación con Estados Unidos. Al respecto, banal sería detenerse a precisar si ello resulta positivo o negativo; antes que eso, el análisis debe girar en torno a los efectos generados al tener la perenne alianza con Washington.

Llama la atención, eso sí, el desconocimiento histórico del representante colombiano David Racero, quien se refirió a un “nuevo relacionamiento” entre ambos gobiernos a partir de este encuentro. No hay novedad, en tanto el diálogo entre USA y Colombia pasa por un compromiso casi irrestricto de ambos lados, puesto que existe reciprocidad. Quiérase o no, cada Estado necesita del otro en función de sus agendas internacionales. No es exagerado señalar que Estados Unidos requiere de Colombia, tal como le ha necesitado por décadas, para maniobrar geopolíticamente en América Latina. Por supuesto, Colombia necesita y seguirá necesitando del soporte estadounidense para su ejercicio internacional. Así, existe y existirá interacción, interdependencia e interpenetración entre ambas naciones.

Previo a la reunión de Jefes de Estado, Gustavo Petro se había reunido con algunos legisladores ambientando las temáticas que ha defendido desde que hizo campaña y asumió el cargo en agosto del año anterior. Cabe destacar y resaltar la perseverancia, coherencia y contundencia con la que el mandatario colombiano se ha mantenido, tanto en los escenarios multilaterales como en sus intenciones para con Washington y demás gobiernos. El gobernante suramericano avanza gradualmente en lo que se trazó para el ejercicio de la política internacional en esta parte del mundo. Acaba de ser recibido por Biden y se puede concluir que el presidente estadounidense le escuchó cuidadosamente y le prestó atención. Así, el poco liderazgo con el que comenzó su participación en la política latinoamericana se mantiene en ascenso.

Particularmente logró que muy rápido se definiera una comitiva que esta misma semana participa de conversaciones en favor de suavizar las sanciones existentes contra el gobierno de Nicolás Maduro. De esta manera se abren interesantes posibilidades para que la retórica inicial de visualizar a Colombia como un verdadero interlocutor en las crisis de la región arroje resultados importantes. El problema es que mientras se esfuerza por quedar bien ante Maduro, logró un alejamiento inédito con Perú, lo que demuestra que la estrategia de política exterior de su gobierno se mantiene difusa y sin proyección.

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