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Analistas 23/10/2023

Comer para sanar

Lewis Acuña
Periodista

Cruzando la carrera séptima en Bogotá mientras iba hacia el Hotel Tequendama, el papá del doctor Bayter murió de un infarto fulminante. El haber sido médico intensivista y poder salvar la vida de muchos, pero no poder hacerlo con una de sus personas más amadas, lo cambió para siempre.

Muchos -intentando consolarlo- resaltaron lo afortunado que fue su viejo al irse sin sentir nada, sin tener tiempo de sufrir. Pero Bayter era consciente de la verdad: “comió toda su vida para construir un infarto y yo no fui capaz de salvarlo”.

¿Dr. Bayter, concretamente, que le aportó este momento tan doloroso?

Yo trato de ser un hombre feliz y mi esposa siempre me dice que yo soy muy frío. No es que sea frío, es que he entendido el valor de la vida a través del poder que tienen tan inmenso la enfermedad y la muerte y a mí, aunque la gente me diga frío, siempre que se muere una persona me da duro. Hace 10 años que fue la muerte de mi padre y ahí entiende uno el valor de la vida. Entonces yo le digo a la gente, mire, viva, solo se muere una vez, pero se vive todos los días. Yo ya sé que voy a morir, pero un solo día. Entonces vivan todos los días con pequeñas buenas decisiones que le permitan vivir un poco más, porque la vida no se compra, la vida se construye y se construye con hábitos de vida.

¿Es ese su propósito?

Con mi esposa todos los días lo único que queremos especialmente es darle un legado a nuestros hijos y la única forma que lo hemos hecho ella y yo, es con el ejemplo y nuestros hijos no son perfectos. Yo tengo, debo decirlo, un hijo obeso. Pero a pesar de eso tienen la capacidad de elegir. Nosotros también le damos la posibilidad de elegir pero sabemos que el ejemplo siempre es más fuerte, así que todos los días les demostramos con el ejemplo no solamente lo que comemos, sino lo que hacemos. En la forma como nos queremos, como disfrutamos la vida, como disfrutamos la naturaleza, como disfrutamos el sol, como disfrutamos el ejercicio, o sea, nosotros vivimos de verdad un estilo de vida en pareja y en familia y eso es lo que le mostramos a mis hijos.

Y si algo fulminante le ocurriera hoy a usted, ¿estaría tranquilo?

Yo siempre le he dicho a las personas que quiero morir sano. Siento que puedo morir tranquilo. Estoy preparado para morir. Yo todos los días los vivo haciendo cosas buenas, enseñando la gente a vivir y cada día cambiamos una vida. Si soy capaz de cambiar una vida, ya me siento feliz, orgulloso, y puedo irme tranquilo de aquí.

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