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La propuesta es simple: que los medios de comunicación sean más responsables a la hora de divulgar información.
No propongo ignorar la realidad, ni censurar. Completamos un mes de bloqueos, muertes y terrorismo urbano, mientras el Comité del Paro convoca a nuevas marchas. Si el país necesita recuperarse, ¿qué tal si los medios como un acto legítimo de protección del país, no divulgan el itinerario de los nuevos días de protestas?
Viajemos 23 años atrás hacia 1998 cuando yo estudiaba periodismo en la Universidad de La Sabana. Las noticias eran la toma guerrillera del día. Como estudiante me preguntaba, ¿por qué tienen que informar cada acto por mínimo que sea de esos guerrilleros endemoniados? Ellos quieren llamar la atención, ¿qué pasa si los medios hacen el ejercicio de ignorarlos unos días?
Porque al fin y al cabo necesitaban de nuestra atención para existir. A la barbarie real la acompañaba un miedo generalizado de todo colombiano por causa del exceso de información. Hoy 23 años después me sigo preguntando lo mismo. ¿Qué tal si los medios dejan de informar que otra vez se convocó a paro? ¿Saldría la misma gente a marchar? ¿Qué tal si dejan de divulgar la lista de peticiones de Petro (que no trabajen, que no consuman gaseosas ni compren en supermercados, entre otras ideas perversas)? ¿Habrían salido en masa a vandalizar justo el tipo de negocios que sugirió que no utilizaran, si los medios no le dan eco a su “alocución”? Y no me digan que eso es censura.
Y sí: en Twitter igual lo puede decir, pero jamás tendrá el mismo impacto un trino, que una nota en un noticiero que llega a todos los colombianos con tono de anuncio oficial. Los medios han fallado en no tener criterio ni filtro y simplemente abrir sus micrófonos a cualquier tipo de mensaje. Cualquier trino lo inflan y lo vuelven noticia.
Hace 23 años yo no entendía cómo los noticieros mostraban el paso a paso de la construcción de bombas caseras de los guerrilleros, a manera de tutorial. Decía mi maestra de primer semestre: a la hora de publicar debemos preguntarnos: ¿Esa información edifica, orienta, es útil, es pertinente, es cercana? En el buen periodismo no cualquier dato es digno de ser publicado, y ahora todo se publica en bruto, sin hacerse estos interrogantes.
Decía sabiamente el actor Morgan Freeman en una entrevista, que para acabar el racismo, dejáramos de hablar del tema. Pues bien, apliquemos la fórmula Freeman para acabar con este caos. Que los que se autoproclamaron Comité del Paro y no representan a los colombianos, no tengan más eco en los medios y que más bien se le abran los micrófonos a la ciudadanía para que manifieste su inconformismo de manera civilizada. Falta pedagogía por parte de los medios masivos para que el pueblo entienda los verdaderos alcances de las propuestas, para que sepa qué empresas buscan personal, cómo acceder a subsidios de educación y de vivienda. Se llama periodismo útil o de orientación. ¡Con el vandalismo quedó demostrado que ni siquiera sabemos de civismo, del rol de las instituciones, de identidad histórica y cultural! A eso deberían dedicarle tiempo los medios, no a divulgar caos y más caos.
