.
Tribuna Universitaria 25/02/2022

La ley importa

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política
JUAN MANUEL NIEVES

Con tristeza, el país recibe la noticia que se despenaliza el aborto en niños de hasta seis meses de gestación, momento en el cual ya incluso puede vivir fuera del vientre. Una sociedad que no es capaz de proteger al ser más indefenso está corrompiendo la propia existencia de la vida.

La corrupción suele asociarse con la apropiación de bienes ajenos, sin embargo su significado es más amplio y aquel habla de corromper o bajar de categoría algún elemento del ser humano, tal como el ser madre o ejercer bien una profesión. La profesión de abogado, juez o magistrado, a pesar de las críticas, puede ser verdaderamente loable, porque la ley que tan bien funciona en el papel necesita valor para su aplicación, necesita coraje para no ser corrompida a pesar de las presiones.

Desafortunadamente en Colombia, algo muy mal funciona con esta profesión, no son pocos los escándalos de abogados ofreciendo dinero para sacar adelante sus procesos o los que roban a sus clientes, de igual forma se han grabado jueces recibiendo coimas y hasta magistrados han sido destituidos o, peor aún, con sus actuaciones dejan ver su claro sesgo político.

La ley es el gran invento que nos sacó de la barbarie y se convirtió en el medio con el cual los más débiles podían tener una voz; el mayor intento de igualdad ha sido este: el reconocer que todos tenemos los mismos derechos y en teoría somos iguales ante la ley. La Carta Política es un cúmulo de deseos y aspiraciones, el código civil que lleva tanto es una verdadera oda a las relaciones entre ciudadanos. Sin embargo estas leyes sin personas dispuestas a defenderlas, sin un Estado que haga presencia, que no le de miedo aplicar la ley y haga respetar la justicia, se convierte en letra muerta.

A veces el heroísmo no pasa por una capa o una máscara, lo hace el funcionario que hace bien su trabajo, el policía que arriesga su vida por proteger la propiedad civil, el fiscal que no se deja sobornar y hace bien la investigación, el juez que aplica la ley y no se deja llevar por su ideología o afán de figurar; cómo se extraña la corte asesinada por terroristas en el Palacio de Justicia, cuando éramos ejemplo de jurisprudencia a nivel latinoamericano.

Fallar en contra del más desprotegido como es el nasciturus, es corromper la profesión de juez, es bajar de categoría a quien debería velar por la correcta aplicación de la ley y con ella el principal derecho que es la vida. Más en un país caracterizado por la violencia y en donde 65% de los colombianos están en contra de esta medida.

Esta semana con un fallo a favor de la muerte perdimos todos. Colombia tiene un sinnúmero de problemas como para estar pensando en prolongar la muerte del inocente, son muchas las voces encontradas pero si en algo están de acuerdo todos es que el aborto es un drama y que la justicia lleva años clamando por una reforma en donde el heroísmo de otrora, la aplicación de la ley más que la interpretación y sobre todo las buenas costumbres vuelvan a ser la regla. Porque finalmente la ley importa.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA