La crisis camionera en Colombia

En Colombia, el gremio de los camioneros desempeña un papel fundamental en el transporte de mercancías y en el desarrollo económico del país. Para bien o para mal, casi 100% de las materias primas viajan por las carreteras colombianas. Entre curvas y malas vías, miles de conductores arriesgan su vida para garantizar el funcionamiento de la logística en el país.

Actualmente, el gremio enfrenta una crisis. En los últimos años, la rentabilidad de los vehículos de carga ha disminuido considerablemente debido al constante aumento del precio de los combustibles, los peajes que se incrementan a diario, las vías en peores condiciones y la proliferación de la ilegalidad. Según Asecarga, este último es el principal problema al que se enfrentan.

La proliferación de servicios piratas ha ido en aumento. Estos servicios no cumplen con las regulaciones establecidas y operan al margen de la ley, lo que no solo afecta la calidad del transporte, sino también la seguridad vial. Los camioneros legales se ven perjudicados por esta competencia desleal, ya que los servicios piratas pueden ofrecer tarifas más bajas debido a su falta de regulación y evasión de impuestos. A esto se suma el ineficaz programa de chatarrización.

Dicho programa busca renovar y retirar de circulación los vehículos de carga más antiguos y contaminantes. Sin embargo, su implementación ha sido lenta, limitada e ineficaz. Aún se pueden ver camiones viejos circulando a diario, obstaculizando la movilidad en las carreteras y representando un peligro tanto para los conductores como para otros vehículos.

Es fundamental que el gobierno preste atención nuevamente a este problema y destine recursos para agilizar los procesos relacionados con la chatarrización, ofreciendo incentivos claros y atractivos para que los camioneros puedan reemplazar sus vehículos antiguos por modelos más eficientes y amigables con el medio ambiente.

No obstante, el gobierno no es el único culpable; los camioneros también tienen gran parte de la responsabilidad. A excepción de Asecarga, que representa las agremiaciones de carga, existen numerosas asociaciones de camioneros, conductores y empresas, lo que dificulta la representación unificada de los intereses y necesidades del sector. La falta de unidad obstaculiza la negociación de mejores condiciones laborales, tarifas justas y beneficios para los camioneros. Además, dificulta la capacidad de enfrentar los desafíos comunes, como la regulación gubernamental, el acceso a créditos y la defensa de sus derechos en general. Si no se unen, no habrá forma de negociar.

El panorama es complejo en el sector y ya hay agremiaciones que amenazan con paros. Esta protesta es de las más temidas en el país por las inmensas pérdidas que conlleva para los empresarios; del último paro demoraron años en recuperarse; es por ello por lo que el gremio necesita atención urgente y una solución integral y consensuada, que involucre a todos los actores del sector transporte y que garantice el respeto a la ley, la libre competencia y el bienestar de los transportadores y sus familias.

Depender de los camiones tiene muchos problemas; todo lo anterior lleva a que el valor de cualquier operación logística suba considerablemente en cualquier negocio.