Integridad en el centro

En el dinámico mundo de la infraestructura, la integridad se ha convertido en un valor fundamental, tanto a nivel nacional como global. Según el Informe de Integridad Global de EY 2022, un impresionante 97% de los líderes empresariales y empleados coincide en que la integridad es crucial para el éxito y la sostenibilidad de las empresas en este sector.

El informe revela que las compañías están aumentando sus inversiones en programas de integridad y capacitación, así como en la publicación de declaraciones de valores y códigos de conducta organizacionales. Este enfoque en la integridad no solo refleja la importancia que se le otorga a nivel ejecutivo, sino que también responde a las expectativas de la sociedad y demuestra un compromiso con estándares éticos más altos.

Sin embargo, el informe también destaca una brecha entre la percepción de la importancia de la integridad y la disposición de algunas personas a pasar por alto prácticas fraudulentas o a actuar de manera inapropiada por ganancias personales. Esta desconexión subraya la necesidad de no solo afirmar la importancia de la integridad, sino también de asegurar que se traduzca en acciones concretas en todos los niveles de la organización.

Es esencial reconocer que la integridad va más allá del cumplimiento de leyes y regulaciones. Si bien el cumplimiento es importante, la integridad también implica comportarse éticamente en todas las circunstancias y tomar decisiones que reflejen valores fundamentales como la honestidad, la transparencia y la responsabilidad.

Un ejemplo claro es el manejo de los ‘whistleblowers’ o denunciantes. Cuando un empleado denuncia prácticas corruptas dentro de la empresa, la respuesta ética sería investigar de manera transparente y tomar medidas correctivas si es necesario. Esto no solo fortalece la integridad interna, sino que también demuestra un compromiso genuino con la transparencia y la rendición de cuentas.

Es crucial que cada individuo asuma su responsabilidad en la lucha contra la corrupción. Esto implica rechazar activamente cualquier forma de soborno, nepotismo o malversación de fondos, tanto en el ámbito personal como profesional. Educar a las personas sobre los riesgos y consecuencias de la corrupción es un paso crucial para fomentar una cultura de integridad.

En este contexto, la norma ISO 37001 sobre sistemas de gestión antisoborno juega un papel crucial al proporcionar un marco claro para prevenir, detectar y abordar el soborno de manera efectiva. Adoptar estos estándares internacionales no solo fortalece la cultura de integridad de una empresa, sino que también aumenta la confianza de clientes y socios comerciales.

De igual manera, el Informe de EY subraya la importancia de no subestimar los desafíos en la creación de una cultura de integridad. Aunque las organizaciones están invirtiendo más en comunicación y capacitación, es crucial que estas iniciativas se traduzcan en comportamientos éticos tangibles en todas las áreas de la empresa. Esto requiere un compromiso continuo por parte del liderazgo y un enfoque integral que vaya más allá del cumplimiento normativo.

A medida que avanzamos hacia la recuperación económica y la transformación digital en el sector de la infraestructura, es fundamental que los líderes empresariales se comprometan a cerrar la brecha entre la percepción y la acción en materia de integridad. El Informe de Integridad Global de EY proporciona valiosas perspectivas sobre cómo definir, inculcar y mantener una cultura de integridad que no solo proteja el valor a largo plazo de las empresas, sino que también promueva un entorno empresarial más ético y sostenible.

La integridad no es solo un requisito ético; es el fundamento sobre el cual se construyen relaciones de confianza y se asegura la viabilidad a largo plazo en la industria de la infraestructura. Invito a todas las empresas a explorar más sobre los sistemas de gestión de integridad, a considerar la designación de oficiales de cumplimiento y a trabajar incansablemente para hacer de la integridad un pilar fundamental en su cultura organizacional.