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La “economía de la atención” es concebida por el Premio Nobel de Economía Herbert A. Simon en 1971 en su artículo “Designing Organizations for an Information- Rich World”. Simon resalta cómo, en un entorno muy rico en información, la capacidad de atención, que es un recurso finito que tenemos los seres humanos y en los que se basa la economía de la atención, se vuelve cada vez más escaza y valiosa.
Y es que la capacidad de atención tiene efectos fundamentales en la vida social, ya que es esencial para las relaciones humanas y la interacción social. Esta capacidad nos permite supervivir y facilita nuestro desarrollo físico y emocional. Nos permite construir vínculos humanos como el cuidado a nosotros mismos y a otros, la amistad y el amor. También ayuda a mantener la cohesión de nuestros grupos y nos permite establecer, respetar y cambiar las normas sociales. Es un recurso esencial que define nuestras relaciones, nuestra identidad y nuestra salud emocional, afectando la dinámica social.
Simon, quien ganó el nobel por su investigación en los procesos de toma de decisiones, afirmó que los sistemas de procesamiento de información deben ser diseñados para condensar y filtrar datos de modo tal que reduzcan la carga de atención en los individuos y faciliten la toma de decisiones.
Sin embargo, las tecnologías actuales, incluías las páginas en internet, las redes sociales y los videojuegos utilizan un modelo totalmente contrario al propuesto por Simon. Estas tecnologías utilizan un modelo similar al de las máquinas tragamonedas que busca captar la atención dando recompensas intermitentes y estímulos atractivos. Usan estrategias sicológicas similares a las de los casinos, como la imprevisibilidad y la gratificación instantánea lo que fomenta hábitos compulsivos y adictivos. Aza Raskin en 2006 inventó el “scroll infinito” que permite acceder a contenidos sin interrupciones sin necesidad de hacer click en “siguiente página” lo que lleva a los usuarios a aumentar la permanencia principalmente en las aplicaciones digitales. En 2022, un estudio de la American Academy of Sleep Medicine muestra que 93% de los jóvenes en ese año se quedan despiertos mucho más allá de su hora de dormir debido al uso de redes sociales.
La atención que ganan las redes sociales sobre nosotros tiene una relación directa con la economía actual. Es un recurso valioso y escaso en la era de la información. Hoy día se afirma que la atención reemplaza a la información como un activo tan valioso para la economía moderna como lo fue el petróleo en la era industrial. Por esta razón, las plataformas digitales compiten por captar, pero sobre todo para monetizar nuestra atención convirtiéndola en un bien comercializable donde el modelo de negocio se basa en la publicidad personalizada, el diseño de tecnologías adictivas y estrategias como el “scroll infinito”. Se prioriza el contenido llamativo, fácil de consumir, generalmente con poca calidad y profundidad. Lo aparentemente “gratis” en las redes sociales, lo pagamos con nuestro tiempo y entregando información para que el algoritmo nos siga perfilando para futuros consumos.
El efecto de esta economía de la atención se ve principalmente en los productos que compramos. Además, tiene un efecto directo en la política. Los políticos compiten por captar la atención de los votantes. Por esta razón, los líderes actuales muestran que la atención, incluso si es negativa, es una herramienta poderosa para consolidar su posición política, reduciendo el espacio para las discusiones profundas e importantes sobre políticas públicas, favoreciendo mensajes simplificados, insulsos y los ataques personales, amplificando narrativas que nos polarizan, conspirativas, fragmentando a la opinión pública y debilitando la confianza en las instituciones.
La atención dividida tiene una relación directa y negativa con la educación. Se han publicado artículos académicos donde se encuentra evidencia que los estudiantes que dedican más tiempo a sus teléfonos y redes sociales tienden a obtener peores resultados en pruebas estandarizadas y en su desempeño general. La exposición constante a estímulos digitales afecta la capacidad de concentración, el pensamiento profundo, la resolución de problemas y la retención de información. Está vinculado a mayores niveles de ansiedad y depresión, lo que afecta la participación plena en la formación. Las redes sociales prometen falsamente una conexión con los otros. Sin embargo, un estudiante que está conectado al celular reduce las interacciones persona a persona, limitando el desarrollo de las habilidades sociales y colaborativas esenciales para la construcción del conocimiento y aumentando de la sensación de soledad.
En los procesos de aprendizaje, la atención dividida disminuye la comprensión y retención de información, lo que disminuye la capacidad de concentración y dificulta el aprendizaje. Tiene impacto directo en la capacidad de resolver problemas y en el pensamiento crítico, limitando el análisis profundo de los temas educativos, aumentando el tiempo para completar las tareas debido a la multitarea lo cual se refleja en resultados deficientes en exámenes y tareas. Y si lo utilizan en el salón de clase, además de generar interrupciones para el estudiante que los utiliza como para los demás, dificulta la atención sostenida que se requiere en el proceso de aprendizaje.
Algunos de los consejos para que los docentes enfrentemos la atención dividida en el aula incluyen: reducir el uso de los dispositivos innecesarios para crear un ambiente tranquilo y ordenado. Realizar actividades dinámicas de aprendizaje activo, principalmente el desarrollo de proyectos y de trabajo en grupo. Dividir las sesiones en bloques cortos para evitar la fatiga mental y la necesidad de acudir al teléfono. Incorporar imágenes, videos, gráficos, para hacer el contenido más atractivo. Al iniciar la sesión explicar claramente el objetivo buscado para que se comprenda su importancia y la de las actividades programadas. Fomentar la participación activa con preguntas, discusiones, alternando las lecturas con ejercicios. Así mismo dar retroalimentación positiva, relacionar los contenidos y objetivos de aprendizaje con situaciones reales y con los intereses de los alumnos en un ambiente colaborativo donde se sientan respetados, involucrados y comprometidos. Ejercicios breves de respiración y estiramiento también son de gran ayuda.
La tecnología es un gran aliado de la educación, pero si no somos conscientes de sus riesgos, será un poderoso distractor que impida el aprendizaje profundo y la formación del pensamiento sistémico y crítico. Bien lo dice El Principito: “Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante”.
Gaona, con dignidad y la fuerza de sus argumentos, desnudó las formas y motivos despóticos y abusivos con los que el Gobierno pretende imponer su voluntad, en perjuicio de la democracia colombiana