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Los legisladores de la Unión Europea han acordado en los últimos días que para mediados de 2024 todos los teléfonos celulares y otros dispositivos móviles que se usen en la región deben poderse usar con un cargador con puerto USB tipo C. Esto quiere decir que el puerto de entrada se estandariza y equipos como el IPhone deberán adaptar el puerto o no podrán ser siquiera vendidos.
Esta decisión tiene un impacto dirigido específicamente contra la línea de producción de todos los dispositivos de Apple. No solo el IPhone, los Ipad y otros productos que comercializan deberán cambiarse para la fecha propuesta. La nueva norma europea busca que el ecosistema de aparatos electrónicos portátiles pequeños y medianos sea unificado. El marco regulatorio abarca celulares, tabletas, audífonos, micrófonos, consolas de videojuegos, parlantes y otros periféricos.
El cronograma propuesto les permite a los fabricantes de todo el planeta adaptar sus líneas de producción de una manera gradual hasta llegar al nuevo escenario en 2024. Los clientes finales de los celulares también ganaron protagonismo con la decisión, ya que el texto propuesto incluye un plan para que ellos decidan si quieren, o no, un cable al momento de la compra. Esto supone un cambio también en distribuidores autorizados que deberán ofrecer alternativas que en algunas tiendas del mundo hoy no existen.
A nivel macro, Europa está enviando un mensaje robusto de cambio sostenible. La reducción en emisiones por estandarización está más que comprobada en las proyecciones económicas a largo plazo. Los cálculos preliminares muestran que el ahorro en dinero para los consumidores sería superior a 250 millones de euros anuales en compras innecesarias de cargadores. En cuanto a huella de carbono, la decisión va a reducir mínimo unas 11.000 toneladas de residuos por año, cifra nada despreciable que la industria aportaría a las metas globales definidas en la pasada Cop26.
A los operadores de telecomunicaciones el cambio no les afecta directamente. En muchos países como Colombia, la comercialización de los terminales lleva años estando por fuera del negocio de las redes y la autopista de Internet. A nivel de servicio y posventa puede ser un dolor de cabeza menos para todo el mundo. Dentro de los costos de investigación y desarrollo, los fabricantes seguro se van a ver incentivados por buscar, de una buena vez por todas, un cargador universal inalámbrico. Ese sería el siguiente paso en la cadena de innovación. Ojalá esta vez lo desarrollen entre todos y que no vayan a sacar formatos diferentes, para no seguir en la odiosa e histórica carrera por imponer un formato. Lo venimos viviendo desde la época de los Betamax contra los VHS. La competencia por imponer formatos tecnológicos no tiene sentido en un mundo totalmente globalizado y colaborativo.
A Colombia los cambios llegarían dentro de 4 o 5 años, ya que América Latina es siempre la última región del planeta en adoptar lo que otros estandarizan primero. Un paso de sensatez de la humanidad de vez en cuando nunca sobra. El cargador universal es un refresco de sentido común, así no les guste a los dueños de Apple quienes tendrán que adaptarse, salvo que quieran abandonar el mercado europeo y seguir remando por otras regiones.