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Analistas 21/08/2021

Compre ahora, pague después

Javier Villamizar
Managing Director

Desde hace unos años, las plataformas de crédito a consumidor denominadas como “compra ahora, paga después” (“Buy Now, Pay Later” o Bnpl) han ido ganando terreno en el mundo del “retail” como una opción de cobro más amigable y económica con los consumidores, que las tradicionales tarjetas de crédito. El crecimiento de esta industria ha multiplicado el valor y el interés de los inversionistas de capital de riesgo en las compañías que ofrecen este tipo de servicios. En días pasados, Afterpay, una empresa australiana considerada pionera en este modelo fue adquirida por Square, la plataforma de pagos digitales creada por Jack Dorsey, fundador y CEO de Twitter en una operación valorada en US$29.000 millones, cantidad que pone de manifiesto el auge de estos servicios.

A través de esta transacción, Square adquiere una cartera creciente de mas de 16 millones de usuarios con presencia significativa en mercados como el estadounidense que se sumarán a los 70 millones que ya tiene Square. Otro de los beneficiados por esta operación será la tecnológica china Tencent, que hacía unos meses había invertido en Afterpay. Pero Afterpay es solo uno de una plétora de competidores como la compañía sueca Klarna, Affirm, Laybuy, Quadpay, fintechs como Nubank y PayPal, así como jugadores de la banca y el mundo financiero tradicional como Citibank, American Express o Visa, que han lanzado sus propias soluciones de “compra ahora, pague después” como un mecanismo de defensa ante la arremetida de las plataformas especializadas.
Como indica su nombre, el sistema Bnpl permite a los compradores hacerse con un producto y diferir su pago a corto plazo sin pago de intereses. Los servicios de ‘compre ahora y pague más tarde’ generalmente aprueban las compras individualmente, lo cual significa que los usuarios deben solicitar el consentimiento para cada transacción, momento en el cual se evalúa el perfil y el riesgo crediticio del usuario de manera instantánea.

La ganancia directa de las plataformas Bnpl viene por lo que cobran a los comerciantes y debido a los importes medios que se manejan. Esta facilidad en el proceso de compra se alinea con la personalidad y las tendencias de la llamada Generación Z, que huye de los mecanismos tradicionales que aplican las tarjetas de crédito, en parte debido a que las entidades financieras detrás de estas no han reaccionado de manera rápida a las necesidades del consumidor. Lo que preocupa a algunos es que este segmento de la población tiene muy poca capacidad de recuperación financiera y es más probable que tengan un trabajo inestable y pocos activos para soportar un apalancamiento en deuda elevado. El enfoque de los proveedores del servicio Bnpl en el segmento juvenil es innegable y de alguna manera revolucionario, rompiendo paradigmas al publicitar sus productos con el uso de influenciadores y redes sociales que de alguna manera dan glamour a la deuda.

El crecimiento de estas plataformas es controversial y ha generado discusiones entre los reguladores y la banca tradicional ya que las empresas detrás de estas plataformas no están sujetas en su mayoría a las condiciones legales de crédito. De igual manera, hay preocupación al considerar que este tipo de mecanismos de crédito de usarse de manera indiscriminada no sólo puede generar un sobre endeudamiento y problemas para cumplir con los compromisos financieros, también generar una marca negativa en el historial crediticio de los consumidores en etapa temprana.

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