¿Quién es Nvidia?

En las últimas semanas, múltiples medios de comunicación tradicionales y redes sociales como YouTube y LinkedIn han convertido a Nvidia en tendencia, destacando su valoración de mercado cercana a los US$2 trillones (recordando que US$1 trillón equivale a US$1 millón de millones). Sin embargo, para muchos, Nvidia sigue siendo una empresa poco conocida, con una historia que pocas veces es contada.

Fundada en 1993 por Jensen Huang, Chris Malachowsky y Curtis Priem, Nvidia nació de la creencia de que los juegos y la multimedia -este último término, algo anticuado hoy en día- serían las aplicaciones dominantes en los ordenadores personales. Este concepto de multimedia, esencial en los años noventa, enfatizaba la importancia de usar diversos medios, como imágenes, sonidos y texto, en la comunicación.

Con la misión de satisfacer esta demanda del mercado, Nvidia se dedicó al desarrollo de chips aceleradores de la interfaz gráfica. La compañía evolucionó hasta que, en 1999, transformó la industria con el desarrollo de la GPU (unidad de procesamiento gráfico), convirtiéndose en un componente esencial para los equipos de computación de gamers y diseñadores y, sin duda, líder en el realismo de la computación gráfica actual.

Durante los años siguientes, Nvidia se centró en los procesadores gráficos, colaborando incluso con la Nasa en la renderización de las imágenes de Marte transmitidas por los exploradores espaciales, y proporcionando los procesadores detrás de los efectos visuales en películas de Hollywood. Para 2014, Nvidia tenía una valoración de mercado de US$11 billones y un precio por acción de US$5, lo cual representaba un aumento de 12 veces su valor desde su oferta pública inicial de 40 centavos por acción. Hasta ese momento, Nvidia era reconocida como una empresa sólida, pero no particularmente destacada.

Lástima no haber tenido la visión de invertir en Nvidia
Alrededor de 2015, Nvidia incursionó en el mercado de la Visión Artificial y Aprendizaje Automático (Machine Learning), convirtiéndose en la fuente de procesadores que potenciaban la inteligencia artificial (IA) para vehículos autónomos, robots, drones, instrumentos médicos y una variedad de otros dispositivos.

Este éxito impulsó a la compañía en una ascensión constante de su valoración de mercado, alcanzando en 2019 un valor de US$144 billones (13 veces su valor de 2014), y actualmente está valorada en US$1,97 trillones con un precio por acción de setecientos ochenta y US$8, creciendo catorce veces en comparación con su valor cinco años atrás en 2019.

Nvidia ha mantenido su liderazgo en el procesamiento gráfico de alto rendimiento, fundamental para desarrollos futuros en visión artificial, y en la realidad virtual y aumentada que constituyen el denominado “metaverso”. Además, se ha posicionado en el centro de la revolución de la IA, sirviendo a múltiples fabricantes en sectores tan variados como la movilidad, la informática, la medicina y la industria de los drones.

Quizás uno de los factores que más valor aportarán a Nvidia en el futuro sea su reciente entrada en la prestación de servicios en la nube (2022), lo que le permite acceder directamente a nichos especializados y respaldar los servicios en la nube ofrecidos por Amazon, Google, Microsoft y otros.

Lástima no haber tenido la visión de invertir en Nvidia hace algunos años.