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Analistas 17/04/2017

Variedades de café, beneficios y perjuicios

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo
La República Más
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El Gerente de la Federación de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, conocedor del mercado mundial del café, ha dado el paso de respaldar por primera vez la posibilidad de sembrar la variedad Robusta en Colombia, lo que siempre fue considerado como una herejía en el escenario cafetero. Recién ingresó, ya había tomado la decisión de permitir la exportación de todas las calidades de café, incluida la pasilla. Sin duda, es una apertura total que lo lleva a tomar grandes riesgos políticos, en un gremio que históricamente ha sido tan resistente al cambio.

Considero que el mito del Robusta se derrumba fácilmente, y solo basta que los que dicen tener la verdad sobre esta variedad comprueben con sus resultados la escasa viabilidad económica y agronómica en nuestro país. 

En primer lugar, la calidad de los suelos de la altillanura no son óptimos, porque no son francos y profundos para el desarrollo adecuado del sistema radicular del árbol. Así mismo, el clima que requiere esa variedad es más cálido, por lo que se ha pensado que el Cesar, Córdoba y Sucre cuentan con mejores condiciones por temperatura y calidad del suelo. De otro lado, la variedad Robusta se siembra por esqueje (estaca) y no por semilla, lo que implica un árbol que no crece uniforme y no logra la resistencia para recolectarlo con máquina. Por lo tanto tendría el mismo problema de falta de mano de obra, Sin embargo, por estar en topografía plana admite el uso de  máquinas para control de malezas y fertilización; pero no debemos olvidar que el producto final tiene menor valor en el mercado internacional.

Hoy se presenta en el mercado un problema más grave como es la propagación de la variedad Costa Rica 95 (Catimore), que ingresó al país sin cumplir las normas de control sanitario y desde Pereira se ha ido propagando, principalmente por los grandes productores en el Eje Cafetero y el suroeste de Antioquia. 

Tiene una prueba de taza plana, según los expertos, que está lejos de la calidad que le reconoce el mundo al café colombiano. Por ejemplo, marcas como Nespresso y Starbucks han vetado a las fincas que tienen esta variedad CR 95, por miedo a que les ingrese este café. Por esta razón, algunos productores lo mezclan con variedades Castilla y Colombia, para que pase desapercibido en las compras de café, tanto de particulares como de la Federación, y así  poder venderlo como 100 % Café de Colombia. 

Esto puede desprestigiar la calidad de nuestro café, que el mercado castiga con precio, perjudicando injustamente a nuestros campesinos que se convierten en víctimas. Es urgente implementar equipos -que ya existen- para certificar en los puertos el ADN del café y de esta manera cumplir, entregando cada producto al mercado clasificado estrictamente.

Además, el CR 95 es una variedad que no solo produce una calidad inferior en la taza, sino que es absolutamente susceptible a la roya. Después de que Colombia ha hecho un descomunal esfuerzo para lograr que el 75 % del parque cafetero sea resistente, es increíble que se propague en contravía de la política pública, que tanto ha costado en investigación e implementación. Ahora que se inicia el periodo de siete años húmedos, es fundamental y justo que se adopte la decisión de prohibir auxilios y subsidios para cafetales sembrados en variedades no resistentes a la roya, puesto que el gremio  y su centro de investigación han aportado capacitación, asistencia técnica y semillas para todos los caficultores.

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