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Analistas 31/10/2016

Santos, el Nobel que hizo la paz

Guillermo Trujillo Estrada
Analista cafetero
Guillermo Trujillo
La República Más
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La comunidad internacional reconoció a Juan Manuel Santos como el líder colombiano que hizo la paz, firmada el 26 de septiembre en Cartagena, con el apoyo de los principales países del mundo, liderados por el secretario general de la ONU. Dos semanas después, al otorgarle el premio Nobel, premiaron al líder mundial que por décadas se ha dedicado a conseguir la paz, asumiendo enormes costos políticos en su gobierno, en aras de dejar este legado a los colombianos.

Por lo tanto, considero que la paz con las Farc se logró y está firmada por el Estado colombiano en cabeza de su presidente; tema diferente es que los intereses políticos de un sector de la sociedad hayan logrado derrotar este acuerdo, que como demócrata ejemplar sometió Santos a plebiscito, por medio de mentiras comprobadas, fanatismo religioso, que consolidó una extrema derecha, para un país cuya estabilidad ha dependido siempre de gobiernos de centro.

Estos sectores que convirtieron la paz en una bandera política para conseguir la Presidencia de la República en el 2018 tratarán de imponer las posiciones más radicales para mantener a nuestra sociedad expectante, sin alcanzar la implementación de los acuerdos, negándonos la posibilidad de una paz imperfecta y garantizándonos una guerra perfecta.

Los apocalípticos del No, asustados con el triunfo, ahora quieren convencernos que el país se puede terminar y que esta es la peor crisis de la historia. Creo que están equivocados, porque contamos con una economía muy fuerte y dinámica, que ha demostrado una enorme inelasticidad a las perturbaciones del conflicto. Solo basta ver las cifras económicas de los momentos más aciagos de los últimos 52 años.

Ni el fracaso del referendo de Álvaro Uribe, ni la cancelación de los diálogos del Caguán de Andrés Pastrana, ni el fracaso de Casa Verde en el gobierno de César Gaviria, ni la fallida reforma constitucional de Virgilio Barco, ni la toma del Palacio de Justicia en la era de Belisario Betancur, ni la toma de la embajada de República Dominicana durante el mandato de Julio César Turbay, derrumbaron nuestra economía.

Por el contrario, además de la paz, en el gobierno de Juan Manuel Santos hemos tenido crecimiento sostenido de la economía a pesar del desastre que los enemigos han pronosticado.

El  déficit fiscal del cierre de 2016 será inferior al recibido en 2010. La economía, gracias a que logró el grado de inversión en este gobierno y tiene la confianza del mundo, ha podido afrontar la disminución de los ingresos petroleros, tanto en las finanzas públicas como en las divisas que generaba. Contamos con un buen nivel de reservas internacionales y una deuda pública adecuada.

Además, está el plan de vías para la competitividad más ambicioso de la historia, (incomparable con el “Plan 25” del gobierno anterior) que empieza a compensar la pérdida de PIB petrolero, con un efecto multiplicador mayor. La construcción crece, con vivienda para los más pobres; Santos llevó internet a 700 municipios, educación y salud absolutamente gratuita. La banca, sólida, con grandes utilidades; la industria prospera, el café dobla la producción, la agricultura crece, el comercio igualmente, los turistas se duplican al igual que los pasajeros por avión.

Ratifico que Santos consiguió la paz para Colombia, pero además la economía presenta un comportamiento de los mejores del continente que, a los enemigos políticos no les permite ver  su odio visceral por la Tercera Vía.

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